miércoles, 30 de marzo de 2011

Pensamiento Andino y las Edificaciones de Tiwanaku

INDICE

1.                   El pensamiento andino
1.1.                          El concepto “Pacha”
1.2.                          Los tres componentes del Pacha mítico
1.2.1.                     Manqapacha
1.2.2.                     Alajpacha
1.2.3.                     Akapacha
2.                   Las ruinas de Tiwanaku
2.1.                          Descripción general
2.2.                          Las tres edificaciones restauradas
2.2.1.                     El templete semisubterráneo
2.2.2.                     La pirámide de Akapana
2.2.3.                     El templo de Kalasasaya
3.                   Museo Tiwanaku en Tiwanaku
4.                   Conclusiones
Bibliografía Consultada

DESARROLLO

1.                  El pensamiento andino

En Bolivia, en la zona occidental, está ubicada una cultura muy antigua que se la ha denominado “andina” y que se expresa en dos idiomas diferentes pero de estructura formal similar, el aimara y el quechua. En términos de antigüedad la cultura aimara es anterior a la quechua en su aparición y conformación. Sin embargo comparten rasgos culturales muy parecidos. Los antropólogos, al estudiar estas dos culturas tratan de descubrir cómo piensan a partir del entendimiento y explicación de todas sus manifestaciones culturales como su cerámica, sus tejidos, sus construcciones y su idioma. Al encontrar una serie de rasgos comunes llegan a formular su forma de pensar, lo que se denomina “el pensamiento andino”. Nosotros, en éste trabajo vamos a proceder al revés. Primero reuniremos e integraremos en una mirada comprensiva, su pensamiento y luego develaremos cómo sus edificaciones, que son parte de sus manifestaciones culturales, responden con absoluta coherencia a su manera de pensar.
Uno de los elementos que conforma el pensamiento andino es su cosmovisión. Esta se la puede definir como la manera en que los andinos ven la realidad a través de su imagen del mundo, su idea del cosmos, cómo se estructura y que principios lo hacen funcionar.
El concepto que está en la base del pensamiento andino es el concepto “Pacha” con el que han formado una gran cantidad de palabras como /pachamama/ y otras.
A continuación voy a definir y explicar el concepto Pacha.

1.1.                                   El concepto “Pacha”

La “cultura occidental” de origen mediterráneo, para pensar la realidad ha necesitado distinguir los conceptos de tiempo y espacio como dos formas de la sensibilidad irreductibles a toda otra conceptualización y que participan de las cosas de la realidad. Estas ideas han sido pensadas separadas la una de la otra y pensadas separadamente hasta la formulación de las teorías cuántica y de la relatividad de principios del siglo pasado. A pesar de ello para el pensamiento común (también llamado vulgar por la ciencia) sigue siendo habitual concebir el espacio o el tiempo en forma independiente. El concepto aimara y quechua de pacha nunca las separó, y engloba simultáneamente las nociones de tiempo, espacio y totalidad. Así, pacha significa para los andinos, la totalidad e integridad del mundo y, la posibilidad de que algo ocurra.
Por otra parte, en un sentido espacial, pacha hace alusión a la noción de “lugar” mientras que en el sentido temporal, pacha significa edades o eras por las que su pueblo ha atravesado en su devenir en los Andes pero siempre ligada con los lugares en los que ocurrieron. A su vez, mientras que para nosotros el tiempo transcurre linealmente (herencia judeo-cristiana del tiempo), para ellos el tiempo es circular es decir que todo devenir cumple un ciclo y vuelve a comenzar. Ejemplos son: el día, las estaciones, el año, las eras, etc. En cada ciclo de estos existe un momento de culminación e inicio del nuevo ciclo que se llama /Pachakuti/. El momento del cambio, del vuelco en un nuevo ciclo. En el sentido de acontecimiento pacha significa la posibilidad cierta que después de la noche, salga el sol y venga el día, o que en la estación lluviosa, llueva.

1.2.                                   Los tres componentes del “Pacha” mítico

La cultura andina, como toda cultura, tiene sus mitos que refieren al origen de estos pueblos y cuentan en un relato transmitido de generación en generación, como ha surgido su pueblo y que dificultades ha tenido que superar. Para desarrollar esta parte me voy a referir al mito de origen donde el concepto de pacha interviene.
Ellos cuentan que en un principio era el Purunpacha, o sea el caos y la oscuridad donde todo estaba mezclado, confundido. Entonces Pachakamak el dios creador y genio maligno que habita en las profundidades de la tierra crea a la primera humanidad que vivía en cuevas, estaban desnudos y se alimentaban de lo que podían encontrar. A su mando estaba Katari la gran serpiente, el terremoto y los Supayas o duendes malignos que lo obedecían. A esta era de lo profundo y oscuro, salvaje, primitivo e indómito, los aimaras denominan Manqapacha, puesto que /manqa/ alude a lo interno, oscuro, profundo, en resumen a la idea de interioridad.
Entonces aparece Wiracocha, el dios celeste, creador del mundo de la exterioridad que tiene un hijo con la Pachamama (el héroe civilizador) que será el encargado de destruir, con la colaboración de Wiracocha, a la primera humanidad y animar a Wiracocha para que cree la segunda humanidad junto con el sol y la luna dando inicio a la era luminosa que los aymaras denominan Alajpacha. /Alaj/ comprende la idea de lo exterior, lo de arriba, lo luminoso y claro opuesto al Manqapacha.
A esta contraposición entre lo de abajo (manqa) y lo de arriba (alaj), en el pensamiento andino, le corresponde un tercer elemento mediador que comprende al aquí y al ahora de la vida cotidiana sobre la tierra que se designa como Akapacha. En el Akapacha habita la Pachamama, madre tierra y la Mamaquta o la madre de las aguas, lagunas o mares. En la concepción andina la Pachamama no constituye toda la tierra, sino principalmente la tierra cultivable, fértil, agrícola, la que provee a la humanidad con sus frutos (ver cuadro).

Cuadro del PACHA  MITICO
ESTRUCTURA JERARQUICA DE ORGANIZACIÓN DEL PANTEÓN ANDINO

CARÁCTER
DEL
ALAJPACHA

N
DEIDADES PRINCIPALES

VALORES
Y
VIRTUDES
Dios creador del mundo. Poder y mando sobre todo
1
WIRAKOCHA
(Héroe Civilizador)
Laborioso, trabajador, diligente, empeñoso, sabio, hábil, diestro, justo.
Luz,
Fuego, Calor

2

SOL – LUNA

Responsable de la caída de la lluvia y granizo

3

RAYO

Humano-divino
4
JILAKATA
Saberes, artes y ciencias
Mediadores
5
ACHACHILAS – APUS
Sabios, protectores
orientadores
6
MALLCUS
CARÁCTER
DEL
AKAPACHA

N

DEIDADES PRINCIPALES
VALORES
Y
VIRTUDES
Diosa andrógina de la tierra, fertilidad y agrícola

1

PACHAMAMA - MAMAQUTA
Nutre, protege, sustenta, núcleo o centro de la creación
CARÁCTER
DEL
MANQAPACHA

N

DEIDADES PRINCIPALES
VALORES
Y
VIRTUDES
Adversario maligno, fantasma, duende
6
ACHACALLAS
Artes adivinatorias
5
SUPAYAS
Fuerza telúrica que atenta contra el orden
4
TERREMOTO

Divinidad ctónica que encarna las fuerzas naturales

3

SERPIENTE

Dios gigante de la fuerza origen de la humanidad

2

WARI
Antiguo, primitivo
indomesticado
Dios creador y Genio maligno

1

PACHAKAMAK
Destructor, salvaje, indómito, primitivo, transformador, caótico, sanguinario
Cuadro de elaboración propia basado en el estudio de Fernando Montes sobre los mitos andinos

De esta forma Manqapacha en sentido espacial denota lo de abajo, lo profundo, lo oscuro, el subsuelo. En sentido temporal aparece primero y conforma la primera era de la humanidad en los Andes, pero que puede manifestarse en el aquí y el ahora en cualquier momento en forma de terremoto o de catástrofe o de plaga.
El Alajpacha es lo de arriba, lo luminoso, lo celeste, lo abierto lo claro. En el tiempo ocurre como segunda era civilizada, con cultura, de la gente de los Andes. Está muy relacionado con el surgimiento de las altas culturas andinas del Akapacha como Tiwanaku, señoríos Aimaras e Incas y está vigente hasta nuestros días a pesar de la colonización.

2.                  Las ruinas de Tiwanaku

Las ruinas de la ciudad ceremonial de Tiwanaku están ubicadas en el altiplano casi a orillas del lago Titicaca. Fueron excavadas a principios del siglo pasado por Arturo Posnanski, luego por Bennet y por Carlos Ponce. Lo que descubrieron en sus excavaciones constituye muy poco de lo que realmente fue la gran ciudad, apenas unos cuantos edificios ceremoniales. Mucho está destruido y saqueado. Actualmente se sigue excavando en forma lenta los sitios adyacentes al conjunto de Kalasasaya. Éste trabajo tomará solamente tres de los edificios ya estudiados aisladamente y de los que ya se tiene una idea más completa y que propongo reunir en una totalidad cuyo sentido emerge recién al considerarlos en conjunto: El Templete Semisubterráneo, La pirámide de Akapana y el Templo de Kalasasaya. Para situar estos monumentos en su contexto voy a presentar una descripción general y luego mostraré algunos detalles de las tres edificaciones antes mencionadas para relacionarlas con el capítulo uno de este trabajo.
 
Imagen de elaboración propia en base a figura que aparece en Arte Textil y Mundo Andino de Gisbert, Arze y Cajías.

 
2.1.              Descripción General

La ciudad de Tiwanaku fue un centro urbano ceremonial muy importante para los andinos de esa época (los primeros ochocientos años de nuestra era) en el que habitaban entre 50.000 a 100.000 personas dedicadas a facilitar, promover y difundir las ideas religiosas y cosmovisivas de esta cultura en los Andes. El poder de su dominio estaba principalmente en la sabiduría y la ideología que pudieron concebir y administrar hasta que una gran sequía ocasionó su colapso definitivo a partir del 800 de nuestra era. Lo que nos legaron son objetos de su cultura en los que plasmaron su cosmovisión y pensamiento que hoy todavía seguimos descifrando con dificultad. Entre los objetos están estos pocos edificios construidos con piedras que han despertado mi interés para realizar una interpretación de un conjunto de ellos y proponer que ellos también son una representación de su particular manera de ver y comprender la realidad. Como Tiwanaku fue una ciudad ceremonial el conjunto de edificios seleccionado fueron los lugares donde se realizaban una serie de ceremonias religiosas relacionadas principalmente con el origen mítico y con los saberes necesarios para vivir en estos parajes.
En el plano podemos observar como la totalidad de los sitios están alineados astronómicamente con los ejes este-oeste o norte-sur. También hay un agrupamiento en el este de la mayoría de los sitios. Solo Puma Punku queda separado del resto.
La parte vacía de las ruinas estaba ocupada por las construcciones de la ciudad que eran de adobe y no se han excavado todavía.
Los sitios 5, 6, 7, y 8 están siendo considerados actualmente cómo edificaciones complementarias al conjunto que me interesa resaltar, razón por la que no las incluiremos en la interpretación.

2.2.                                   Las tres edificaciones como un todo
Posible vista de las ruinas una vez reconstruidas

Vamos a tomar las tres edificaciones seleccionadas como un grupo unitario que tiene una correspondencia absoluta con la estructura de los mitos de origen y la participación de sus dioses en la creación de la civilización de Tiwanaku.

2.2.1.                             El Templete semisubterráneo

Este sitio es un patio hundido unos 2 metros por debajo de la superficie rodeado de cuatro muros que tienen incrustadas una gran diversidad de cabezas de rostros poco definidos y diferentes entre sí que podría representar a la primera humanidad en su gran diversidad creada por Pachakamak. En el muro sur hay una escalera que sube a la superficie y en el centro se encuentran tres estelas. Una más grande que las otras dos.
Muro Este con cabezas clavas

Vista aérea de los dos templos

















En la foto podemos ver el muro este del templete con las cabezas clavas emergiendo de los muros perimetrales, un sistema de canales para su desagüe y al fondo la pirámide de Akapana.

Fue edificado al inicio del período urbano, aproximadamente por el año 200 d.C. El edificio tiene una función simbólica, que representa dentro del conjunto de edificaciones y por los elementos que contiene, al mundo de lo de abajo (Manqapacha), de lo oscuro de lo oculto y según Raúl Prada, del inconciente humano, gobernado este mundo de abajo por Pachakamac representado en la estela mayor de rasgos estilísticos más primitivos y, las cabezas clavas representando a la primera humanidad, también primitiva, creada por Pachakamac y luego destruida para que Wiracocha inaugurara la humanidad actual más desarrollada que construye, habita y cultiva estos parajes; en definitiva con cultura. La manera en que este templo en forma de patio hundido por debajo del altiplano representa y simboliza el mundo de lo de abajo se manifiesta en: a) el descenso hacia este mundo subterráneo por la escalera, b) el encuentro del eje longitudinal de su orientación por la ubicación de las estelas y de su mirada, y c) por el espacio periférico que rodea a las estelas con presencia perimetral de las cabezas de la primera humanidad que emergen a lo largo de los cuatro muros que lo definen y delimitan. Es fácil imaginar una ceremonia de recordación de ese momento fundante tan significativo para esta cultura que se realizara allí periódicamente.
                                                     Cabeza con rasgos casi clásicos.
Cabezas con rasgos bastante primitivos que se puede asociar con la primera humanidad del Manqapacha.
 
La denominada “Estela Barbada” que se encuentra al centro del templete muestra una figura en forma de monolito pero con rasgos bastante toscos igual que las cabezas, una barba que no es usual en los indígenas y una serpiente ascendente en cada costado, aparte de otros detalles que nos recuerda a Pachakamak genio maligno señor de las fuerzas telúricas que atentan contra el orden establecido y que están todos reunidos en un templo semi-subterráneo que es donde residen.


 
2.2.2.                             La pirámide de Akapana

La pirámide actualmente no es nada más que un montículo de tierra que parece un pequeño cerro con una lagunita en la parte más alta. Actualmente al excavar la base han encontrado unos muros de piedra que forman siete plataformas en escalera que le da la forma de pirámide. Se ha supuesto que en la cima había un templo porque existen unas piedras en forma de columnas clavadas que permanecen todavía ahí. También sabemos que existen unos conductos de piedra para desfogar las aguas que se habrían acumulado arriba. Si sólo fueran canales de desagüe ya son construcciones destacadas, pero si fueron usadas para producir un estruendo atronador en determinado momento y generar un efecto de fuerza telúrica que está asociada con los truenos y avalanchas de tierra y agua que por el tipo de régimen pluvial característico de los Andes no es de extrañar y que además está ligado con los dioses del trueno, entonces podemos asombrarnos de la enorme fuerza que habría ejercido semejante artilugio sobre la psiquis de las personas que presenciaran semejante demostración en una ceremonia ritual periódica que se desarrollara en relación a la pirámide que representa el mundo de lo de arriba ligado a los dioses celestes y a las tempestades de rayos y truenos que son frecuentes en la época de lluvias en el altiplano.

 
La foto que vemos es una foto aérea tomada desde el este. A la derecha arriba se ve parte de los muros de Kalasasaya. En el centro está la lagunita que quedó después que Oyaldeburo un minero español hizo excavaciones en busca de tesoros en el siglo XVI.
Según el esquema mítico que presentamos antes, Akapana con su templo en la cúspide toma el lugar del Alajpacha donde estaría Wirakocha y las demás deidades luminosas de lo de arriba y donde empieza el proceso civilizatorio del gran Tiwanaku.

2.2.3.                             El Templo de Kalasasaya

El templo de Kalasasaya es una especie de plataforma elevada con patio interior al que se sube por una escalera e ingresa por una puerta  ambas de piedras en el medio del muro este. En el centro del patio está el monolito Ponce y en dos flancos unas habitaciones rectangulares. En la esquina suroeste fuera del patio interior está otro monolito denominado “El Fraile” y hacia la otra esquina de la plataforma está la puerta del sol orientada hacia el este. El muro perimetral de piedra con pilares y sillería tiene las mismas características y calidad  de factura que el analizado previamente pero sin cabezas clavas. Kalasasaya fue edificado después del Templete pero en el mismo período urbano hacia aproximadamente el 250 o 300 d.C. Si bien el nombre está en idioma aymara sabemos que la cultura que lo creó y desarrolló el imperio Tiahanaco no eran aymaras. 

Existe la hipótesis que fueron los de la étnia Puquina los que desarrollaron esta cultura y que posteriormente con la llegada del pueblo aymara esta tuvo que desplazarse de la zona, primero al otro lado del Lago Titicaca y luego se convertiría en el grupo que hoy conocemos como los Callawaya, curanderos itinerantes que recorren toda Sudamérica y residen al otro lado de la cordillera Real.

Vista aérea desde la pirámide que muestra, escaleras y puerta de Kalasasaya, el monolito Ponce y la puerta del sol más atrás.

Según esta interpretación, este templo corresponde al Akapacha en la visión aymara, heredera de Tiwanaku.

Si el Akapacha se lo entiende como el aquí y ahora de aquel entonces, todos los elementos presentes en Kalasasaya deberían jugar un rol determinado para posibilitar la prosecusión de la vida de esa sociedad, y en efecto así lo hicieron. En términos generales, el patio con sus cuartos laterales, los monolitos, la Puerta del Sol, se han organizado y distribuido como para realizar determinados rituales en diferentes épocas del año en un calendario ritual cíclico que no conocemos, pero que permite la administración del tiempo y de las actividades agrícolas y religiosas en éste Templo. Un ejemplo es la Puerta del Sol cuyos grabados se interpretan como un calendario.


Detalles del frente de la puerta del sol. La comprensión y dominio del espacio-tiempo que les tocó vivir era fundamental para las actividades cotidianas de siembra y cosecha, así como para los rituales en la vida diaria.

Todo este conjunto de elementos que aparecen en Kalasasaya está fuertemente relacionado con las preocupaciones y saberes necesarios para llevar adelante la vida sobre la tierra. La imagen central es solar y la rodean varios personajes unos con cabeza humana y otros con cabeza de cóndor, ambas aladas y con cetro. Lo que se sugiere como calendario, es un ciclo circular plegado sobre sí intercalando los soles de arriba con los de abajo del ciclo anual.

3.                      Museo Tiwanaku en Tiwanaku

El museo de Tiwanaku es una obra contemporánea concebida por el arquitecto Carlos Villagomez para cobijar parte de los objetos arqueológicos encontrados en las excavaciones de las ruinas. La otra parte está en el museo Tiwanaku de la ciudad de La Paz. El edificio está emplazado en el centro del sitio arqueológico entre Puma Punku al sudoeste y el conjunto ceremonial ya incluido en este trabajo al noreste. Para tal efecto se ha delimitado un predio comunicado con el pueblo por calles urbanas que distribuye dependencias hacia el norte del predio y el edificio del museo hacia el sur como se puede ver en los planos de emplazamiento y de sitio.

















Lo primero que se hace patente en estos planos es la forma externa del edificio que nos recuerda la Cruz Andina, muchas veces citada y requerida por la iconografía actual.
Las primeras apariciones de esta forma ancestral se presentan muy temprano en el mundo andino y con variadas representaciones y proporciones de los elementos que la forman. Una de las primeras apariciones están en la cultura Chavin (entre el 1100 y 600 a.C.) de la sierra central peruana de importante influencia religiosa en los andes peruanos, contemporánea de nuestras culturas Chiripa y Huancarani en el altiplano central, al sur y orilla del lago.



Se trata de una piedra en el centro ceremonial de Chavin de Huantar con la representación de un ser mítico con cabeza de cóndor  y cola de pescado flanqueado por cuatro cruces cuadradas; dos escalonadas y dos perpendiculares. En todo caso no es el ser principal venerado por esta cultura que aparece tanto en el Lanzón como en la estela Raimondi de esta cultura. Aparece nuevamente en forma marginal en el Obelisco Tello también junto al puma y al cóndor.

Esto, a mi manera de ver, apunta a la inclusión de otras formas iconográficas, incluso de otros lugares, bajo el dominio o subordinación de esta cultura que no ha utilizado ni en el trazado de sus edificios ni en la decoración este motivo que más bien parece ser más altiplánico por su genealogía cosmogónica y representación geométrica.

Si se sigue indagando sobre la presencia de ésta cruz, naturalmente que la encontramos en Tiwanaku setecientos años después como motivo ornamental en estelas y frisos en piedra.



En el primer caso (derecha) se trata de una estela tiwanacota decorada exclusivamente de figuras geométricas, entre ellas principalmente los dos tipos de cruz cuadrada mencionadas más arriba en Chavin. La cruz que se repite arriba y abajo está formada en bajorrelieve por un cuadrado de siete por siete cuadros constituyendo un escalonamiento de cuatro en sus lados.

A su lado encontramos el fragmento de un friso con cruces en hilera y en bajorrelieve, esta vez de tres escalones en sus lados. Y por último la hipótesis de su posible uso en la construcción.
Si queremos determinar en última instancia ¿cómo se ha llegado al trazado de la forma externa de la planta del museo?, debemos todavía rescatar un par de análisis geométricos realizados por Jorge Miranda Luizaga y Carlos Milla Villena sobre este particular.

En su libro La Puerta del Sol, Jorge Miranda traza sobre una grilla cuadrada las diferentes cruces que se van formando y sus medidas diagonales asignándoles diferentes denominaciones para sus posibles interpretaciones y así llegamos a la que nos interesa que es tratada como símbolo geomántico, es decir como sistema de adivinación de la ubicación geográfica de sitios privilegiados sobre el territorio andino en las intersecciones de líneas.
Y así llegamos al trazado que realiza el arquitecto Carlos Milla en el libro Génesis de la Cultura Andina en el que se reúnen todas las propiedades geométricas de este símbolo tan cargado de múltiples significados y de tan larga historia no solo para los andinos sino también para los bolivianos y peruanos.

El museo alojará en su fase completa de construcción un módulo de ingreso, hall y baños otro módulo de patio central escalonado (siete niveles) alrededor del que se encuentran las salas de exposición (tres) y las salas de restauración y mantenimiento (cuatro más pequeñas).

El patio escalonado que desciende hacia el centro es una concepción intermedia entre el Templete y el patio horizontal. Esto permite, a diferencia del Templete, un descenso por cualquier parte del patio, pero como la llegada a él se da por las esquinas el descenso puede ser diagonal. Para la salida del patio, sin embargo, el arquitecto nos plantea, después del deslumbramiento que ocasiona la luminosidad intensa de éste, arcos que sobresalen hacia arriba y marcan el lugar de las puertas de las salas en el centro de los módulos. Entonces si nos fijamos lo suficiente en la planta, vamos a detectar que todo el Museo está concebido de ambientes cuadrados en el interior de la cruz andina y su funcionalidad alternando accesos y salidas centrales con circulaciones diagonales. Esto se da principalmente en el patio pero también lo encontramos en el módulo de ingreso y en su opuesto. El patio, por la forma de los escalones nos remite a las salas (cuadradas y perimetrales) y es tratado aquí como debe ser tratado todo patio; como un ambiente más de la edificación solo que descubierto. Pero el patio rescata todas las direcciones posibles que habían sido usadas en la arquitectura hasta ahora (perpendicularidad y diagonalidad).

Hay otro tema que está relacionado con la Cruz Andina y se refiere al escalonamiento de sus lados que como ya hemos visto en el edificio del museo está presente no solo en el perímetro externo sino en el espacio interior, en el patio, en las salas y en la cubierta de estas.
  

Si vemos la cruz como símbolo debemos buscar su significado en el cosmos, en los cielos del hemisferio sur, en las estrellas que han sido observadas desde siempre para desentrañar sus secretos y misterios. Gracias a un dibujo que deja el cronista indígena Santacruz Pachakuti Yamki Salcamaiwa de una lámina de oro que estaba en Koricancha en el Cuzco que reunía todos los elementos cosmovisivos de los andinos en su interior, podemos encontrar en el centro del dibujo la representación de la constelación de la Cruz del Sur (chacana en general) que había llamado la atención siempre por su regularidad formal y temporal en nuestros cielos. Podemos suponer, como ya lo han hecho muchos que el símbolo Cruz Andina es la representación geometrizada y estilizada de la Cruz del Sur en una grilla cuadrada. Pero lo que este paso interpretativo no resuelve es el escalonamiento. Entonces debemos descomponer la Cruz Andina en cuatro partes iguales y llegamos de esta manera al elemento básico que la formó: el Signo Escalonado que sin ser la representación de algo concreto y real, y por su presencia frecuente en la cerámica tiwanacota, ha sugerido muchas interpretaciones. 


El lente interpretativo que suelo usar siempre en los andes es semiótico y parte del pensamiento andino y su particular manera de concebir el espacio, el territorio indisociablemente unido a sus temporalidades correspondientes y a la posibilidad predecible de sucesos y acontecimientos en dichos espacios-tiempo.

Visto de esta manera el signo escalonado es la representación geométrica del Pacha. Temporalmente sabemos que los andinos creen haber pasado por tres estadios en su origen. El estadio Manqa Pacha, de la primera humanidad creada por el dios de las profundidades habitando un mundo oscuro primitivo y salvaje, el estadio Alaj Pacha de la luz, el sol y las estrellas que destruye la primera humanidad y crea la humanidad actual con cultura que cultiva un mundo variado y diverso en pisos ecológicos, y el estadio Aka Pacha que permite a la segunda humanidad apropiarse del espacio andino, darle un orden y sentido por sus significados a ésta realidad y administrarla con sabiduría.

Espacialmente el territorio se concibe y organiza a partir de la división en mitades (Urku y Uma) con un tercer elemento mediador, complementario que concilia, reúne y a veces divide a las partes (Taypi) en todas sus escalas. A nivel de los Suyos (Qolla Suyu), las Sayas, las comunidades, los pueblos, las casas, etc.

Y la posibilidad de que algo ocurra se basa en la circularidad y ciclicidad de los acontecimientos tales como el día y la noche y la posibilidad de que vuelva a suceder el día, o el ciclo agrícola, o las eras y todos estos ciclos mediados por un tercer elemento de cambio de transición de vuelco (Pacha Kuti, el solsticio de invierno, el amanecer) que además son mágicos sin los cuales nada podría suceder. Movimiento cíclico para el logro del equilibrio en el cosmos.

Todo esto resume y significa en una síntesis admirable el signo escalonado en Tiwanaku.
Quiero por último cerrar la presentación de este hecho arquitectónico singular mostrando algunas imágenes de la obra.

 































4.                      Conclusiones

Después de realizar el trabajo me puedo dar cuenta que muchas de las interpretaciones que se hacen de las ruinas de Tiwanaku a veces no tienen mucho fundamento.
La interpretación que propongo aquí está basada en el pensamiento de la cultura andina que se ha ido construyendo de a poco hasta lograr una visión más completa.
Después de mostrar los detalles que he presentado parece que no puede haber duda sobre la relación del templete semisubterráneo con el Manqapacha, la pirámide con el Alajpacha y Kalasasaya con el Akapacha.
El trabajo me ha permitido descubrir muchas cosas interesantes respecto a la cultura andina y complementar mis conocimientos sobre Tiwanaku.

                Bibliografía Consultada


MONTES RUIZ, Fernando   “La Máscara de Piedra” Simbolismo y Personalidad Aymaras en la Historia, Ed. Quipus, 1986, La Paz
MIRANDA LUIZAGA, Jorge “La Puerta del Sol” Cosmología y Simbolismo Andino, Ed. Garza Azul, 1991, La Paz
VAZQUEZ, DE MESA, GISBERT “Manual de Historia de Bolivia”Ed. Gisbert, 1994, La Paz
BOERO ROJO, Hugo “Descubriendo Tiwanaku”, Ed. Los Amigos del Libro, 1980, La Paz
PONCE SANJINEZ, Carlos “El Templete Semisubterraneo de Tiwanaku”, Ed. Los Amigos del Libro, 1969 La Paz
GISBERT, ARZE, CAJIAS “Arte Textil y Mundo Andino”, Tipográfica Editora Argentina, 1992 Buenos Aires