Vuelvo a traer aquí este trabajo después de no haber insistido lo suficiente en explicar, demostrar y convencer sobre las ventajas que tiene el trabajo sobre el territorio con la vida cotidiana, para asentar y desarrollar grupos humanos en base a un enfoque holótico que no se logra con las metodologías tradicionales de recogida y acumulación de información por la vía fragmentaria que imposibilita la comprensión de cómo ven las gentes la realidad, qué cosas o ideas sobre las mismas incluyen las gentes en su mundo y cómo las manejan o califican en su sistema-mundo. Estamos consientes que el asunto de “lo cotidiano” es complejo y aparentemente inmanejable por no ajustarse al paradigma cada vez más obsoleto de la categorización en base a abstracciones cuya vocación es generalizante y por la necesidad de un cierre categorial, excluyente. Entonces universalización y exclusión no admiten la diversidad ni la especificidad siempre presentes en los asentamientos humanos. De lo que se trata es de imaginar Lugares para vivir bien a través de la reincorporación de la comprensión inmediata de la vida cotidiana en el proceso de acercarse a una realidad diferente y poder operar en ella como agentes de cambio no hacia modelos preconcebidos que generan no-Lugares, sino a la recuperación de los procesos de re-territorialización con identidad que son los únicos que no depredan, y son autosustentables.
Contextualización
Este es mi relato de cómo llegamos al Lugar en 1986 para registrar el relato de la vida cotidiana de Hilario, portavoz de una familia aymara del altiplano que es representativa de colonos migrantes, asentados espontáneamente en los setentas en la región del Alto Beni, región subtropical al noreste de la ciudad de La Paz en Bolivia.
Cruzando la cordillera de La Paz, pasando por un lado de las cumbres nevadas, tomando el camino hacia Caranavi descendemos a la parte cálida del departamento.
Después de seis horas de viaje por un camino sinuoso y de tierra, llegamos a Caranavi, punto de bifurcación hacia dos regiones, la región aurífera de Guanay-Teoponte al noroeste, y por otro al noreste el camino de penetración hacia el Beni vía San Borja, que a su paso encuentra el eje que partiendo de Puerto Linares pasa por Sapecho, Palos Blancos hasta Covendo.
Cruzando el puente Sapecho sobre el río Alto Beni llegamos a Palos Blancos después de cinco horas más, punto de bifurcación entre el eje mencionado y el camino a San Borja.
Palos Blancos al ser una de las poblaciones más antiguas de la zona se ha convertido en el centro de abastecimiento, intercambio y servicios a las áreas de colonización planificadas al margen derecho del río, y espontáneas al margen opuesto.
Al día siguiente tomamos el camino al río para cruzarlo mediante la utilización de rudimentarias embarcaciones llamadas motores o cascos según tengan motor o no. Cruzamos el río y llegamos después de diez minutos a la otra orilla. Tuvimos que caminar durante quince minutos más hasta llegar a la colonia Villa el Porvenir.
Esta colonia está asentada a lo largo del camino troncal de conexión entre otras colonias espontáneas en cuyo centro está la cancha de fútbol y la escuelita donde nos encontramos con Hilario que nos condujo a su casa. A veintiocho minutos de haber caminado por la vía troncal, Hilario se detiene y nos dice: aquí es.
Efectivamente, cruzando la cuneta y a unos diez a quince metros a través del cacaotal encontramos dos casitas de charo y techo de hojas de palma, en torno a un patio, constituyendo la vivienda de ésta familia.
Entramos a una de las casas donde tienen un comedor y un dormitorio. Nos sentamos al rededor de una mesa en el comedor, nos invitan un refresco y conversamos. Le pedimos a Hilario que nos cuente, con el mayor detalle posible, como transcurre su vida y la de su familia en éste lugar.
La conversación se la realizó el 20 de marzo de 1986.
Relato de la vida cotidiana de Hilario
Un ratito antes de la salida del sol - Hilario dice - nos levantamos, todo depende del trabajo, cuando estamos atareados y no llueve, madrugamos. Cuando llueve, más tarde.
El hombre hachéa leña, la señora atiza fuego para preparar la comida. El desayuno aquí en la zona siempre se acompaña con un plato. Aparte su té, una taza de café, chocolate puede ser; siempre con un plato de arroz y huevo. A plan de "phuti" estamos [1]. Hay veces, cuando tenemos leche, leche también. Yo veo que el desayuno es más aconsejable después de hacer un trabajo de faena, a eso de las nueve es más agradable.
Entramos a nuestro trabajo, los hombres al chaco y la señora como de costumbre van a traer agüita. A veces a traer plátano, víveres para el almuerzo o sacar yuca. Todo lo que falta se alista la señora mientras nosotros trabajamos; se cocina, todo se hace, se ayuda al esposo a trabajar, se levanta, se hace el desayuno, se tienden las camas, todo se hace; se barre el patio, se recoge y se lava los platos. Trabaja también la hierba, lo que jode a la planta. La señora, hay veces, también trabaja casi igual que nosotros. Hay veces la señora trabaja más que el hombre porque desde la cocina empieza a trabajar, y tiene que atender los animales, los pequeños, tiene que trabajar en el desconche del cacao, en la cosecha mismo; cumple doble función.
Los hijos son traviesos, siempre acompañan al padre. No trabajan. A mis sobrinos los he puesto a la escuela para que estudien y lean sus libros. La escuela es en la mañana hasta las dos, horario continuo. Entran a las ocho. La escuelita debe tener treinta y cinco alumnos, más o menos tiene, hasta cuarenta creo. Dos profesores ya tiene.......una cosa de cuarenta y cinco por ahí debe ser; ese es. Recién desde éste año ha empezado un profesor, no hay ítem. Dos años ya estamos, pagante nomás está siguiendo. Este río también.......no hay caso. Los que tienen casa, allá al frente (Palos Blancos) nomás ps. Es que está partido en dos esto también, porque si no podía haber éste......hartos alumnos. Una mitad de gente ps vive en el frente.
Ahora arroz estoy cosechando. Una hectárea. Aparte del arroz tengo cacao y plátano, y en agosto y septiembre vamos a tener en abundancia verdura. Claro, sembramos a partir de octubre arroz. Marzo, abril, cosechamos arroz, luego junio, julio se siembra sandía, se cosecha en septiembre. Después vendemos a los comerciantes. Aquí mismo. Después para el arroz, chaqueo, así viene otra etapa, otra etapa. Así arroz, sandía, yuca, plátano, se mezcla. Se siembra arroz, se siembra plátano, también las naranjas, cacao. El cacao cuatro años para hacerlo crecer.
Llevamos a La Paz plátano, yuca, arroz, pero eso tiene época. Estamos toda una vida en el deshierbe y cuidado del cacao. El cacao necesita mucho trabajo, mano de obra, mucha inversión porque hay que cuidarlo, podarlo. Mucho trabajo requiere el cacao.
Cerca del medio día descansamos, porque el sol también nos hace mal. También nos cuidamos. La señora sabe venir a media mañana, cocina con leña. No hay tiempo en las mañanas cocinando. No hay tiempo. Hora rápido se va. El pan casi no se consume, arroz, plátano y yuca, más.
Cuando ya calma el sol entramos de nuevo al trabajo, la mujer va a lavar ropa al arroyo, si saca tiempo. Vá con las vecinas, mayor parte con sus wawas [2] . A veces, de vez en cuando, y a veces cada día. En cuanto a las mujeres, muy poco se juntan para lavar. Claro, por amistad se dicen: vamos a tal hora, y se van.
Juntarse es cuestión de trabajo. En feriados nos hacemos "Ayni" [3]. De otras colonias no. Solo entre vecinos, entre familiares. Aquí en el campo no se conoce feriados, no existen o sea, que estamos todos los días metidos en el trabajo. Hay veces, cuando hay urgencia de salir, salimos a Palitos, será por una o dos horas, pero volvemos a atender el trabajo. O en la mañana no trabajamos en día domingo, hasta las doce, y en la tarde un rato se va. Sábados y domingos son como dedicados a días de descanso, tratándose de mi familia. Tal vez en otros lados algunos trabajan los días sábados. Pero nosotros descansamos esos días, haciendo vida deportiva, o aprovechamos para comprarnos algo de necesidades que tenemos, al frente (Palos Blancos).
Jugamos los sábados en las tardes, también domingos. Hay equipos de aquí mismo. Tres equipos en ésta misma colonia. Como son setenta y cinco familias, abajo, centro otro, y arriba otro. Tres equipos. Domingos hay campeonatos, vienen de distintas colonias. Hay veces también por lo menos para espectar.
Las reuniones con la colonia es mensualmente, cada primer viernes de cada mes. El trabajo prioritario aprobamos en la reunión.
La señora va a pastar las vacas. Solo para cocinar se queda. Los niños juegan en la casa, después van al colegio, hay que atenderlos, hay que bañarlos, hay que darles almuerzo. Almuerzan, juegan, duermen. Así nomás también. Tenemos gallinas, vacas cuatro, perros, gato, conejos no. Teníamos, pero se han ido de por sí. Se han perdido aunque aquí hay pasto para comer. La señora se ocupa de las gallinitas. Les da maíz, arroz cuando hay. Las gallinas duermen en los árboles.
Vamos a bañarnos casi a diario, depende del trabajo. Hay veces que el trabajo es forzado, entonces es obligatorio ir a bañarse. Fatiga mismo, y uno no descansa tranquilo, por eso siempre acostumbramos ir a bañarnos al río o al riachuelo. Tenemos un arroyo ahisito. Por eso te digo cuando hay tiempo. A veces no hay tiempo ni para bañarse. Ahí también traemos agüita para la cocina. Traemos para un día, dos días. Harto. Hay veces tenemos que utilizar limón para que destile un poco. El agua a veces es muy turbia y no se puede utilizar. También aprovechamos el agua de lluvia recibiendo ahí. A consecuencia del agua hemos tenido que lamentar. Tomamos agua sucia. Por ejemplo: el riachuelo de allá hasta cierto lugar es bien. Más o menos a unos cien metros el agua parece que correría bien. Pero si vamos al lugar donde se origina está contaminado totalmente. Ahí está amontonado basura, resto de algunos animales. Es una serie de problemas. Bueno han dicho que a ésta altura más o menos del pueblo, ahí arriba dicen, que hay una vertiente, una caída de agua. Una especie de catarata que es todo el año dice. También tenemos unas norias nomás, las norias nomás tomamos. De más arribita sale agüita, agua de ojo.
Nuestras tradiciones sí conservamos. Y lo hacemos. Es temporal, porque el campesino está.....es digamos, una herencia que nos han dejado nuestros tatarabuelos. Hay una época por ejemplo, en época de lluvias están con música autóctona que es la tarqueada. Yo soy campesino de Oruro y allí generalmente en nuestro campo es la tarqueada. Nosotros también pues estamos habituados a esa música y cuando escuchamos la tarqueada es más sentimental para nosotros, no así la moseñada. Bueno, yo no he convivido mucho con ésa música, sin embargo aquí tenemos compañeros campesinos que son de los valles, ellos hacen de que eso, esa música sea sentimental. Sin embargo yo no siento así, no es tan agradable. Esa es nuestra música autóctona en cuanto a la cultura musical.
Bueno, en mi pueblo, casi todos son "hermanos", no se hace fiesta. Algunos han venido y se han vuelto católicos, ya no han sido hermanos. Por trabajar no esperan como la yerba. Ganan pecado como tienen que trabajar el sábado. Y algunos vuelven a ser hermanos.
Para la construcción de la vivienda, ésta vivienda, primero hemos conseguido los palos que están en las esquinas, los horcones. Conseguimos después la palizada de arriba, es una cosa de treinta palos de cinco a seis metros. Esos palos traemos del monte, de aquí a unos cinco o seis kilómetros, o más. De ahí sacamos. Los horcones hay en los chacos. Unos árboles, de ahí los sacamos. Los plantamos, lo cavamos un metro, uno cincuenta de profundidad, ponemos ahí. Después viene el techo. Alistamos la mora, las hojas que traemos de más lejos. Del cerro siempre, como a unos quince kilómetros. Estas moras se saca de por aquí, pero para el techo de arriba se necesita una más dura, más resistente. Una mora que no existe en el monte. Estas de aquí son de las (maderas) balsas. Sacamos de por aquí. El techo de arriba dura unos cinco años. Después se hace el cercado de aquí. Una vez techado se lo hace recién el cercado. Primero se pone cuatro a seis palos. Entonces se le techa. Varios trabajamos en el techo. Arriba seis, abajo dos, amarramos las moritas. Así terminamos y se lo cerca. Es el material más barato de la zona. Es bastante fresco y económico. Yo preferiría casa de adobe, segura. Podría evitar mosquitos, cerrado. Una casa de madera, charo, casi no es conveniente para nosotros, por los agujeros fácilmente penetra animales, igual nos están castigando. Una casa de adobe, el piso cementado, la humedad ya no nos afectaría también del suelo.
Bueno, aquí tenemos un dormitorio, un pequeño comedor, tenemos una cocina. Han debido notar que aquello era el dormitorio, pero ahora lo hemos designado para guardar así, algunos repuestos, depósito de arroz más que todo, bicicletas, carretilla.
Más preferimos ir a la sombra de los árboles. El patio es más para secar el cacao. Baño, aquí hay, a unos treinta metros. Pozo nomás es. Si digamos, aquí tenemos pero igual se ha llenado.
Estamos pidiendo el planteamiento de la urbanización. Ahí nos vamos a ir a vivir todos como sea. Aquí (parcela) nomás vendríamos a cultivar. Allá no se puede cultivar. Un pedazo nos van a dar chiquito. Aquí nomás vamos a tener que poner. Se viene a trabajar temprano. La urbanización sería, más o menos para adelanto de la cultura. No teniendo digamos éste.......documento para que sea pueblo no se puede hacer nada. No podemos solicitar a las organizaciones ayuda, agua. Necesitamos luz, y vivir como la gente no? Casa social, hospital, sanidad, comedores, escuelas, colegios.
Bueno, si no urbanizamos, no hay tal. Como no se puede conseguir, éste ha sido pedido de la gente.
En la noche escuchamos radio, las noticias. Después de la cena directo a dormir. ¿Eso sería no?
Reflexión de pertinencia
El relato se desarrolla cronológicamente a lo largo de un día típico. La unidad mínima de tiempo para lo cotidiano se la ha establecido para éste caso como un día de diez y seis a diez y siete horas, o dicho de otra forma, dos tercios del día despiertos y el tercio restante dormidos o de descanso. En el caso del campo un poco menos que en la ciudad porque la noche se hace más larga por la falta de luz y la ausencia de posibilidades de otras distracciones.
Además aparece en el relato una necesaria referencia a la estacionalidad o períodos de cultivo, lo que haría necesario diferenciar los cotidianos de las diferentes estaciones, así como es necesario diferenciar los cotidianos de días ordinarios y de días festivos.
Para el caso de la vivienda es más relevante un día típico que un día festivo sobre todo si las fiestas son de tipo comunitario donde es conveniente pensar en espacios sociales de escala mayor. Aún más si se ha establecido que la casa andina "constituye una especie de templo familiar: es el punto de referencia para la inserción de la familia en el espacio circundante y en el cosmos"[4].
La vida cotidiana se la puede entender como "mundo real en relación al mundo ideal o ideado de la ciencia que proporciona datos, información en forma segmentada (las diversas ciencias), con métodos propios para explicar la realidad más allá de los fenómenos observables, en cambio lo cotidiano es el devenir de acontecimientos, donde las cosas suceden una tras otra con toda su riqueza y fecundidad, donde está mezclado todo, lo económico con lo social, con lo cultural, lo psicológico en los diversos espacios y en la multitud de tiempos, días, horas, minutos y segundos, recuerdos con sucesos y premoniciones, presente pasado y futuro, todo a la vez" [5].
Es a su vez el conjunto de actividades en apariencia modestas que satisfacen necesidades básicas y necesidades culturales. Cualquier análisis de la relación necesidad-actividad debe tomar en cuenta, más allá de su condicionalidad y causalidad, el modo de realización de las actividades. Dicho de otra manera para los efectos de un proyecto de asentamiento es más importante saber, cómo se hacen las cosas que se hacen en lo cotidiano, que lo que se hace. Todos tenemos, en tanto humanos, las mismas necesidades básicas. Todos tenemos que descansar, comer, trabajar, asearnos y distraernos, pero de acuerdo a nuestras convenciones sociales y nuestras pautas de conducta aceptadas, no todos satisfacemos esas mismas necesidades básicas de la misma manera. Así que el modo de satisfacerlas por medio de actividades concretas es un dato necesario para el proyecto de asentamiento, y la vida cotidiana lo proporciona.
Nuestro país es un país pluricultural [6], nuestras ciudades son la espacialización en sectores disgregados o coexistentes de grupos culturales diferentes. Unos son occidentalizantes "modernos" y los otros nativos y ancestrales. En éste marco complejo el problema del tratamiento que un arquitecto hace del asunto de la arquitectura y del entorno es crucial y muy delicado. Todo arquitecto frecuentemente se ve en la disyuntiva de elegir en los diseños, entre muchas alternativas, aquellas que mejor satisfagan las necesidades de los usuarios, y la mayoría escoge modelos de acuerdo con su procedencia, hacia patrones occidentalizantes, sin contemplar las profundas disfunciones o incomunicaciones que ocasiona con su decisión. Para ello concordamos con Xavier Albó y sus colaboradores en que:
1. El complejo (mundo) andino tiene su propia lógica organizativa, adaptada a la economía, formas de vida y necesidades de quienes lo habitan, cualquier proyecto de mejoramiento tiene que partir de ésta misma lógica sin limitarse a transplantar modelos urbanos o ajenos.
2. Pueden surgir dilemas prácticos entre las exigencias de dicha lógica y otras exigencias de criterios actuales de salubridad y (modos de vida)....cualquier búsqueda de solución tendrá que tener en cuenta las diversas variables en juego. [7]
Y de una conversación con Federico Aguiló tomamos los principios siguientes:
1. Rescatar las dos dinámicas culturales, la de la cultura propia y la occidental y no perder la identidad de la primera.
2. La propuesta de un modelo ajustado para un grupo étnico cultural debe surgir del tensionamiento entre lo que podría ser un modelo ideal y uno real, rescatando valores de su mundo mítico-mágico sin el cual se producirían serios desajustes como los que tenemos hoy a lo largo del territorio nacional.[8]
En éste sentido el relato de lo cotidiano nos permite acceder de una manera adecuada tanto a la propia lógica de organización del mundo andino como a su identidad cultural, de una manera natural y fluida a lo largo del relato, sin tener que dedicar tiempo y esfuerzo para realizar un estudio específico etnohistórico o antropológico-cultural, cosa que un arquitecto muy difícilmente puede encarar con propiedad.
El pensamiento andino, tanto Aymara como Quechua es sustancial y radicalmente diferente del pensamiento occidental. Mientras en occidente el idioma, sea éste el español o el inglés o alemán o francés o cualquier otro, se estructura en base a la lógica aristotélica, bivalente o del tercero excluido, el mundo Aymara y el Quechua organizan su pensamiento en base a una lógica totalmente diferente de la anterior, trivalente o polivalente.
En primer lugar, "aunque el hecho de hablar distintas lenguas (Aymara o Quechua) influye sin duda en crear identidades diferenciadas, sería inexacto hablar en Bolivia de una cultura Aymara distinta de una cultura Quechua. Más correcto es hablar de una única cultura Andina expresada en Aymara y Quechua. [9]
A pesar de hablar dos lenguas diferentes sin embargo la estructura lógica es la misma, cosa que refuerza lo mencionado más arriba.
¿En qué consisten las características estructurales diferenciales del idioma aymara en relación a lo que se puede percibir en el relato?
Una de las diferencias fundamentales con la estructura de las oraciones en castellano, está en que en el aymara (y en el quechua también) la oración no está conformada por palabras, sino por ráfagas de sílabas concatenadas en forma de sufijos a partir de un núcleo.
En los idiomas de los collas existe una categoría gramatical muy peculiar que ha sido designada como el postulado relativo a la fuente de datos. Esto quiere decir que el aymara o quechua pensante (aunque se exprese en castellano) tiene el habito de emitir enunciados distinguiendo si lo dicho por él, le consta y esto se expresa en castellano como una afirmación seca y rotunda o seguida de un ps o pues, y relativizada de un " dice che o diciendo", cuando no le consta.
Así como en el caso anterior, aparecen en el relato, cambios en el género de los sustantivos o aparecen los diminutivos que le dan ésa familiaridad para referirse a personas o cosas allegadas a su mundo conocido[10].
Pero además de poder, por éste medio, distinguir en el relato si se trata de un aymara o quechua pensante, la importancia radica en que, por medio de la visión del mundo, que aún rige la vida cotidiana y gran parte de la actividad científica de occidente, el tiempo y el espacio son lineales absolutos y distintos entre sí. El espacio es el escenario vacío donde actúan la materia y la energía, que también son consideradas como cosas diferentes entre sí. En cambio y curiosamente los conceptos tradicionales del mundo andino, son, en muchos aspectos, similares a los conceptos revolucionarios de la física moderna. Copiaremos algunos ejemplos de éste paralelismo con la física einsteiniana:
- los pueblos andinos conciben el tiempo y el espacio como una unidad, donde el tiempo es cíclico (curvo) y elástico o relativo.
- la dialéctica de oposición complementaria, que es el paradigma lógico que subyace al pensamiento andino, tiene tres valores de verdad: la afirmación, la negación y un tercer elemento ambivalente que niega y afirma a la vez. Esta lógica invalida los principios aristotélicos de identidad, contradicción y tercero excluido, y se aproxima más bien a la lógica relativista moderna.
- la conceptualización (andina) del mundo en términos de oposiciones dialécticas se asemeja al dualismo de la física moderna (materia- antimateria, cargas positivas-cargas negativas, etc.)
- la cosmovisión (andina) no concibe entidades sustantivas inmutables, absolutas e idénticas a sí mismas que interactúan mecánicamente, sino que por el contrario, conceptualiza el mundo como un campo o configuración total de interacciones dinámicas y simbólicas entre entidades dialécticas en constante transformación reciproca, similares en gran medida a la visión einsteiniana del mundo. [11]
Todo esto nos permite afirmar que al mantener su identidad cultural los pueblos andinos se colocan en situación inmejorable para la posibilidad de un diálogo científico intercultural y que, de manera importante también, se trasluce en el relato de lo cotidiano a través de su imprecisión en la datificación que proporciona.
Federico Aguiló también nos habló de la necesidad de tomar en cuenta la ecología y su medio geográfico para que con cualquier intervención no se infrinja leyes de conservación y equilibrio que son proporcionadas por prácticas culturales ancestrales en el medio andino.
Entre aquellas se encuentra un patrón espacial de ocupación del territorio llamado el "archipiélago andino" junto con el control de un máximo de pisos ecológicos: "En síntesis, como afirma Golte (1987), lo que diferencia al mundo andino de otras regiones del mundo, es la gran diversidad de condiciones ecológicas en espacios muy reducidos y, con ella, la multiplicidad de cultivos y formas de aprovechamiento agropecuario adaptados a las variaciones de la naturaleza." [12]
En el caso de La Paz vemos que, el relator es un habitante de la provincia Pacajes radicado en el Alto Beni, y para el caso de Cochabamba tenemos los habitantes del valle alto radicados en el Chapare, como dos situaciones similares de ocupación del territorio en dos medios ecológicos totalmente diferentes pero manteniendo patrones culturales similares. Esto se puede ver cuando nos hablan de sus preferencias en el modo de construir sus viviendas, en su vestimenta, en sus preferencias musicales etc., aspectos éstos que aparecen en el relato.
El relato de la vida cotidiana de Hilario tiene una estructura circular. Comienza en la madrugada y concluye en la noche con referencias intercaladas a otros eventos como la escolaridad, la estacionalidad de las cosechas, el lavado de la ropa, los sábados y domingos, las tradiciones, la construcción de la vivienda; todos éstos eventos que sin dejar de ser cotidianos, están insertos en otras escalas de tiempo mayores y trascienden el cotidiano diario.
Una de las características que queda establecida con claridad, y que tiene que ver con su lógica de pensamiento, es la aparente indeterminación, en todo aquello que para un investigador puede ser tomado como dato:
- La hora de levantarse depende, si están atareados y no llueve, temprano; si llueve, más tarde.
- La señora a veces va a cosechar plátano a veces yuca o comprar víveres en Palos Blancos para el almuerzo.
- A veces los hombres trabajan mucho, pero a veces las señoras trabajan más que los hombres.
- La escuelita debe tener 35 alumnos más o menos tiene, hasta 40 creo, una cosa de 45 por ahí debe ser; ese es.
- La señora va a lavar, a veces de vez en cuando, a veces cada día.
- Tal vez en otros lados algunos trabajan los días sábados pero nosotros descansamos esos días.
- Nos bañamos casi a diario. Hay veces cuando el trabajo es forzado entonces es obligatorio ir a bañarse, etc.
En cambio en relación a otros eventos como la cosecha, los tiempos de siembra, los productos, el hacer "Ayni" para el trabajo, las reuniones mensuales, la tarqueada como música autóctona, etc. allí por lo menos en la forma idiomática no aparece la posición intermedia de la trivalencia. Es que se ha demostrado que las posibilidades de llegar a la verdad de los hechos, son mayores en una estructura lógica trivalente cuando se utiliza la forma indeterminada del tercero ambivalente. [13]
Otro problema que está planteado en el relato es la constatación de una alusión frecuente al "deber ser" antes que al ser de las cosas. Esto se debe según Aguiló a las circunstancias, cuando se pasa la frontera de lo familiar, de lo conocido, y se ingresa en el mundo mítico-mágico que regula las fuerzas de lo inexplicable o de lo desconocido, o de lo peligroso, entonces es cuando se recurre a la normatividad del deber ser. También, cuando el conocimiento de adaptación a un medio hostil y totalmente ajeno proviene de instituciones que ya están y estuvieron trabajando con ellos por medio de sus extensionistas.
Conclusiones
En última instancia, cuando nos preguntamos si el relato de la vida cotidiana de una familia representativa, nos sirve como fuente para el diseño arquitectónico del entorno, debemos primero saber que datos son relevantes para diseñar y como el relato nos los proporciona.
Además de requerir de toda la información física sobre el lugar (como planimetría, topografía, clima, vegetación y ecología de la zona, etc.) datos que obviamente se los recogerá de otras fuentes, creemos que los demás datos aparecen de una forma completa y suficiente por las siguientes razones:
1. Se establece una unidad de tiempo, que en éste caso es el día típico, dejando de lado los casos excepcionales, según, si se trata de una vivienda o de un agrupamiento de ellas.
2. Es más útil para el diseño saber cómo se hacen las cosas, que constatar que se las hace, y esto aparece necesariamente en el relato.
3. En nuestro caso de una sociedad pluricultural es muy importante comprender y colaborar con el mantenimiento de sus identidades culturales, cosa que también se rescata del relato.
4. El grupo cultural, sujeto del proyecto, tiene además una lógica de pensamiento radicalmente diferente a la nuestra. Esta lógica se manifiesta en la forma de construir su habla y en la utilización de determinadas palabras que se han generalizado en el habla popular. El relato está rescatando todo éste material y nos permite en forma sutil discriminar las diferentes situaciones que debemos extraer de él en cuanto a la certidumbre o ambivalencia de la información.
5. A través del relato queda patente la inmejorable posibilidad de nuestra gente para realizar un diálogo científico entre occidente y el mundo andino como un potencial a desarrollar en el presente.
6. La percepción de aquella malla tan compleja de relaciones de reciprocidad en lo espacial que se manifiesta en el llamado archipiélago andino también aparece como una realidad en el relato.
7. Se podrá objetar en algún caso que la información proporcionada no tiene el rigor de un dato científico contrastable y verificable. Eso es totalmente cierto pero la intención de haberlo planteado como una posibilidad parte de los razonamientos siguientes:
- que la arquitectura no es una disciplina científica en tanto no defina un objeto propio de estudio, un método y técnicas propias que tengan la pretensión de proporcionar conocimiento verificable, y en tanto no construya una estructura conceptual teórica de conocimientos.
- los métodos de diseño se han empeñado en las últimas dos décadas en perfeccionar procedimientos que conducen a callejones sin salida como aquel de recoger información científica con las diversas ciencias para pretender con ella realizar una síntesis espacial que muy difícilmente se puede lograr.
- en cambio el procedimiento de permanecer en la realidad sin elevarse a abstracciones y conceptualizaciones de las cosas por medio del relato, resuelve la dificultad antes mencionada y permite realizar síntesis de forma menos tortuosa y más natural.
8. Por otra parte, si en algún momento se pretende, sistematizando toda la información de los diversos relatos en un conocimiento objetivo de la realidad esto se puede lograr integrando toda la información particular en el concepto de "modo de vida" seleccionando y conjuncionando casos que permitan construir diferentes modos de vida para nuestra sociedad, producto de la integración de aquellas unidades particulares específicas y afines. Entonces sí se podrá hablar del modo de vida como un dato científico.
9. Por todo lo expuesto y argumentado, se puede concluir fehacientemente que la técnica del relato de la vida cotidiana como fuente, es pertinente para el diseño del entorno de manera más que aceptable, y es de esperar que ésta contribución a la metodología del diseño se discuta y emplee para beneficio de la sociedad.
muy largo.... gggg
ResponderEliminar