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miércoles, 22 de mayo de 2013

Átomos de Arquitectura, entre Vacío y Lugar


Reconcepción 2
(Qhatu,  entre   Κενός   y   Κôρα)

Hace unos pocos días, cuando me dispuse a revisar el programa de Teoría de la Arquitectura que actualizo cada año para mis alumnos de la universidad, hice una búsqueda rápida en la red para ver que se estaba colocando actualmente en ese tema de las teorizaciones, que dicho de paso, fueron el origen de este blog y que me interesa determinar. Al cabo de un momento encuentro un video[1] de una mesa de discusión que propiciaron estudiantes de arquitectura con Gustavo Bueno (filósofo) e Iván Vélez (arquitecto). Rápidamente descargo el video con el entusiasmo de contar con material audiovisual que poder mostrar y analizar en clases y con la esperanza de resolver nuestro problema de una teoría contemporánea y actualizada para la Arquitectura aquí y allá.

Instantánea de la presentación de Gustavo Bueno

El tema de la mesa fue la determinación del concepto de arquitectura que permita una teoría. De ahí el nombre: “Hacia una Teoría General de la Arquitectura”. Claro, mientras los alumnos urgían una definición, Gustavo Bueno insiste en la noción de determinación. Y es que en la actualidad se hace urgente fijar los términos con los que hablar sobre arquitectura de manera más rigurosa y a mí me quedó claro que lo que él hizo fue una determinación bastante precisa de lo que había ocurrido en occidente entorno al tema y con esta, excluye todos los demás desarrollos en otros mundos de la totalidad del Mundo. Esta determinación es incompleta o por lo menos habrá que decir que es regional pero sin duda hegemónica.
Para resumir lo planteado allí, podemos decir que Gustavo Bueno coloca a la Arquitectura dentro de las Artes en el grupo de aquellas que tratan propiamente con cuerpos, es decir la escultura y la arquitectura haciendo una diferencia entre ellas: mientras que la escultura trabaja con “bultos” (del lat. vultus, faz) y se ocupa de una pura exterioridad superficial, la arquitectura se ocupa de la interioridad vacía, opaca que tiene una  entrada y salida y sirve para habitar. Para ello tiene que edificar, con un sistema constructivo racional, un cuerpo que está asentado sobre la tierra y crece hacia arriba a través de un eje vertical que marca una orientación. Eh ahí las principales ideas de esa determinación.
Partes formales

Es interesante recalcar que en esta determinación planteada por Bueno, la aproximación teórica hacia la superficie externa construida que la arquitectura también expone simultáneamente, quedó explícitamente manifestada como irrelevante o secundaria mientras que los componentes importantes que hay que tener en cuenta de ese cuerpo son las partes formales que lo constituyen y las relaciones que manifiestan y que han sido tradicionalmente no naturales. Es decir, no han sido nunca “copia de la naturaleza” sino que han tenido un desarrollo propio. Ejemplo: la basa, el fuste, el capitel, partes formales de una columna y que están relacionadas con las nociones de institución (que viene de instituir) y ceremonia.

Cuando Bueno se refería a esa interioridad vacía menciona el término griego de kενό, hueco o vacío como sustantivo. Esa oquedad que determina el concepto de arquitectura, por lo menos en occidente que Bueno la coloca como central para una teoría y que posteriormente queda como “El Kenós de la Arquitectura”, me remite al primer artículo que puse en este blog y me parece que  dirige la determinación en un solo sentido, que sin dejar de ser cierto, excluye a todas las demás posibilidades, es unilateral y problemática en la medida que queda incompleta si no se la contextualiza en términos de una relación como ser: un núcleo kenósico envuelto por su cuerpo edificado que es más molecular que molar o atómico.

Yo escribía, cuando hablaba del “objeto de estudio” del arquitecto que efectivamente los arquitectos siempre se ocuparon de agenciar vacíos sólo que los llamaron espacio y que ese espacio a mi parecer no es un vacío solamente y que tampoco nos podemos atribuir como objeto de estudio el espacio así sin más. Ese espacio-vacío en arquitectura es siempre conforme, proporcional o correspondiente con alguna otra cosa, por tanto tiene un sentido, una significación que en parte proviene del vacío mismo cuando contemplamos la forma de ese vacío y a la vez no proviene del vacío sino de las cosas que lo ocupan, del cometido, del uso, de las relaciones sociales que le dan origen y sentido. De manera muy general habría que acordar que son ambos, es decir espacio vacío por y para las cosas y pienso en cosas en el sentido filosófico o si se quiere tomando a Zubiri[2] cosas-campo como una unidad nuclear sometida a fuerzas donde campo hay que entender ya no como espacio vacío sino como una organización y distribución de cosas que reclaman un espacio que dan como resultado un campo organizado de alguna manera. Una configuración campal.

En el diccionario filosófico que se elabora a partir de la filosofía de Gustavo Bueno, en el capítulo ontología aparece el concepto de Kenosis[3] y dice que “se utiliza no tanto para designar el proceso de vaciamiento o evacuación de un recinto dado, sino el [vaciamiento] de su contorno a fin de dejar exento, respecto de determinados contenidos, al nódulo (configuraciones corporales tetra dimensionales en tanto ámbito de interacciones)”. Y si nos preguntamos por el nódulo en este caso, habremos de tener que considerar la configuración de unas interacciones tales que se establecen entre las cosas y con ese vacío no como un embalaje ajustado sino como ambiente[4] (Condiciones o circunstancias físicas, sociales, económicas, etc., de un lugar, de una reunión, de una colectividad o de una época.), puesto que su cometido es habitar. Y con eso entramos de lleno en lo que reclamo para el “objeto de estudio”.
Si nódulo es “una configuración activa de relaciones entre componentes tanto intra (es decir entre componentes del nódulo. Ej.: cosas – espacio vacío interior) como con terceras entidades corpóreas (es decir cuerpo que envuelve al nódulo. Ej.: edificio), concepto generalísimo que puede ser aplicado  tanto a agregados como a organismos, o a configuraciones compactas como a configuraciones efímeras, tanto a configuraciones individualizadas como a configuraciones de límites borrosos, pero todas ellas con unidad perceptual molar y objetivable”, entonces con esta determinación del concepto nodal, “el dintorno de un nódulo es el conjunto de entidades que están en él englobadas, mientras que el entorno es el conjunto de todas las entidades que no perteneciendo al nódulo, mantienen sin embargo con él interacciones constitutivas (acaso moleculares más que molares) y en cada caso significativas”. El entorno según esto, “no es solamente el envolvente exterior o lugar (en el sentido aristotélico) de un nódulo sino el conjunto de condiciones extrínsecas que necesita esta configuración” para funcionar. “El contorno es la frontera espacial tanto interna como externa entre el entorno y el dintorno”.[5]

Entonces de lo que la arquitectura trata o dicho de otro modo, los componentes del concepto arquitectura no podrán concebirse como interioridad vacía (kenós) y nada más. En todo caso es uno de los componentes. Tampoco esa interioridad vacía debe pensarse como entidad pasiva es decir como mero contenedor de alguna otra cosa, sino a la configuración inter accionante biunívoca de un dintorno nodal compuesto de cosas-campo a la manera de Zubiri o de los campos energéticos de la física, o de “estructuras de colocación y distribución de objetos-asientos y sus interacciones en una unidad de habitación cuyos límites pueden ser sólidos o virtuales que permiten alguna o muchas relaciones sociales”, como lo sugería anteriormente en otro artículo.[6]

Pero aun así y con todo, se puede advertir que con esta última determinación gradualmente nos alejamos del eidos (idea pura, formal) y nos avocamos a los componentes o entidades (manifestaciones) de la configuración y aún más, nos alejamos de la abstracción y nos acercamos a las concreciones múltiples por carecer de un concepto que las englobe en su totalidad.

Entonces, ¿Qué compone el nódulo en esta configuración? Las relaciones sociales que dan origen a las construcciones que las posibilitan, no. De eso se ocupan las ciencias sociales. Pero tampoco podrían ser solo las construcciones porque en tal caso no habría necesidad de arquitectos.

Entonces viene a mí Khôra que ciertamente no es el vacío como expresa Derrida[7]. No es ni del orden de lo sensible ni de lo inteligible, ha sido traducido como “lugar”, “sitio”, “emplazamiento”, “región”, “comarca”. Hay Khôra pero no sabemos que es. En los diálogos de Platón, Timeo habla de que Khôra es propiamente una madre, una nodriza, un receptáculo, una porta-impronta. Ni los nombres de “receptáculo” o “lugar” designan una esencia, el ser estable de un eidos (idea, forma), puesto que no es ni del orden del eidos ni del orden de los mimemas de las imágenes del eidos. No es ni esencia ni representación, no es y tampoco se presenta como entidad y sin embargo ha suscitado el que Platón escribiera todo un libro de la conversación donde Timeo habla de Khôra o de su sentido a través de actos de lenguaje (speach acts), designaciones o canalizaciones. Todos estos actos mencionan generalidades, un orden de multiplicidades, un “algo” que no es una cosa y que al decirlo pone en cuestión esas presuposiciones y esas distinciones. ¿Qué hacer con esto que existe pero no es algo?

Derrida ya lo menciona. La posibilidad de un tercer género (tryton genos), que se ubicaría entre lo sensible y lo inteligible o entre mythos y logos pero la dificultad está planteada como imposibilidad puesto que todo lo mencionado y de la manera que fue planteado tiene el corsé de la lógica clásica aristotélica del tercero excluido frente a algo que hay y no se puede determinar con esa lógica.  Pero no solo eso, Derrida, en el ensayo que escribe a propósito de Khôra, nos coloca en una oscilación de dos géneros de oscilación: la doble exclusión (ni…/ni…) y la participación (a la vez… esto y aquello) y simultáneamente ambos. ¡Qué paradoja!

Qhatu: Puesto de Venta de papa

Pues bien, en el mundo andino encontramos, a mi parecer, una entidad que resuelve el problema de otro modo con su presencia. No hay que hablar de esto con las categorías clasificatorias de occidente ni dentro de la lógica aristotélica. Irrumpe con su presencia subversiva y trastoca toda racionalidad. Se trata del Qhatu el cual realiza ambas determinaciones simultáneamente (primero como negativo del Kenós porque es un lleno y, como Khôra porque es un lugar pero inestable, fugáz, circunstancial, en una lógica distinta (trivalente o del tercero incluido lupasciano) para la posibilidad de determinar el tan urgido concepto de Arquitectura. (ver: Atomos de Arquitectura en el Blog.[8]

Feria en La Paz

El término /Qhatu/ (tanto en aymara como en quechua) designa un puesto de venta que no está en algún lugar determinado, sino que, puede estar en cualquier lugar, se acomoda. Aparece a propósito de un conjunto de relaciones sociales de tipo públicas que asocian actividades de intercambio comercial y de reciprocidad en toda la amplitud de su rango; desde el trueque hasta la venta de productos de todo tipo. Pero también el regatéo, la charla, los intercambios de noticias, afectos, y dones. En su aglomeración produce otro lugar, la feria que en su apropiación periódica instaura un territorio con identidad, un campo energético y espiritual de reciprocidades rodeado de yatiris (poseedores del “conocimiento” y la adivinación) en su entorno y estos se ubican allí para gestionar las voluntades de las entidades numinosas del lugar con nuestros haceres.

Vendedora de fruta en Cuenca - Ecuador

Se constituye a partir de las cosas que están reunidas en un Qhatu y que no son simplemente “mercancías”. Tomo en este caso cosa como todo aquello que tiene entidad sea corporal, espiritual, natural o artificial, real o abstracta. Y alguien que las anima es decir, las agrupa, las ordena, las apila, las ostenta, las vende, las trueca, las dona y las hace circular en reciprocidad o simplemente las deja estar ahí todo el día en montoncitos mientras está siendo qhatera/o. Esta aparición y desaparición en el espacio-tiempo coincide muy bien con Khôra sólo que en el orden temporal cíclico.


Si revisamos el trabajo de investigación en el “Qhatu/feria 16 de Julio de El Alto realizado por Simón Yampara[9] vamos a encontrar en la determinación de conceptos un par de ellos que están en la lógica antes planteada de núcleo, entorno y contorno.
Simón menciona que en la feria citada encontraremos Muyta – Muyt’a. Espacios donde están los actores: gremialistas como personas, las directivas y los clientes. Entonces elabora un diagrama de Venn para la representación del espacio de operaciones en el gráfico. Ver Gráfico nº 6.


Responde a la exigencia metodológica del establecimiento de un ámbito de investigación para el objeto de estudio pero a la vez está mostrándonos algo que yo ya había establecido en otro lugar, (ver la Episteme desde lo Multicultural.)[10], cuando planteaba que todo objeto de estudio debe ser tomado como una entidad, y esa entidad siempre está en algún lugar (nicho) con el que establece determinadas relaciones constitutivas y que cualquier determinación del núcleo entidad – nicho debe ser negociada con los que están siendo actores de esa realidad. En este caso la negociación se manifiesta cuando el autor (aymara, sociólogo) nos va mostrando su método con conceptos y términos en el propio idioma y es que en ese idioma los términos o ya están contemplando su contexto o permiten fácilmente contextualizar. Entonces el método Uta que designa la idea de casa, a raíz de haber incorporado el entorno y el contorno, dejan de ser el concepto abstracto de casa y se vuelve más bien cobijo, vientre, receptáculo, asiento (Utcaña Qhatu).

Pero volviendo a la relación que veía entre Qhatu y Arquitectura podemos enumerar las siguientes imágenes visuales:
-          Toda la arquitectura precolombina y sus posteriores mestizajes no se ha preocupado tanto del espacio interior como del espacio público para la vida comunitaria. El espacio público no es de todos solamente sino también de cada uno.
calle ocupada completamente por Qhatus

-          En el espacio público irrumpen de repente los niños que juegan delante de sus casas, las marchas y movilizaciones, los bloqueos, las entradas folclóricas y fiestas, los qhatus y ferias, las movilidades, los transeúntes, y los ciclistas y motociclistas, los mirones y también los agentes de seguridad y los doble agentes, etc., así como de repente desaparecen. Son como los electrones de la materia social. Están y no están.

-          Gran parte de los ambientes o habitaciones que la arquitectura, en la vertiente occidental ha colocado en el interior de los edificios, en América y en otras partes del globo, están en el exterior abierto con alguna cosa que los sugiere y los constituye. Ejemplo: Lugar-árbol y también el Lugar-Qhatu con sus toldos, chiwiñas y llantunas.
Lugar - Árbol. Plaza en Givon - Colombia 

-          Los lugares son ámbitos de múltiples relaciones en diferentes niveles. Son parte de la identidad de un colectivo. Su ocupación puede variar desde lo radicalmente estable hasta lo efímero y circunstancial en el espacio tiempo (Pacha).

Ya había hecho un análisis de tipo somero y esquemático de un Qhatu cuando encontré la relación de este con la idea de establecer un átomo de arquitectura como elemento básico del que está hecha la arquitectura en todas partes. Una especie de “revolución científica” similar a la que se produjo a principios del siglo pasado en la ciencia en la que se pasó de las moléculas de la materia a los átomos y sus partículas. Hoy veo que es imprescindible hacerla y con ella renovar la Teoría de la Arquitectura en esa dirección. A mis lectores les pido que saquen sus propias conclusiones. No es tarea fácil cambiar el paradigma siempre se presentarán resistencias de todo tipo pero las cartas ya están echadas. Ustedes decidirán.




[1] www.youtube.com/watch?v=nqKRCZLDg-U
[2] Xavier Zubiri, Inteligencia Sentiente, Editorial Tecnos, Madrid, 2004, pág. 201
[3] Pelayo García Sierra, Diccionario Filosófico, Pentalfa Ediciones, Oviedo, 2000, nº 89 en pág. 122
[4] Microsoft® Encarta® 2009. Para la palabra ambiente.
[5] Pelayo García Sierra, Ob. cit. Para la categoría nº 90, Nódulo. Pág. 122
[7] www.jacquesderrida.com.ar/textos/kora.htm
[9] Yampara, Mamani, Calancha, La Cosmovisión y Lógica en la dinámica socioeconómica del Qhatu/Feria 16 de Julio, Editado por la Fundación PIEB, 2007, La Paz.

viernes, 7 de octubre de 2011

SENDEROS EN EL TERRITORIO DE LA LÓGICA

De la Lógica Trivalente implícita en 
el Pensamiento  Visual de Leonardo de Vinci

                                               
Quiero dedicar este ensayo a Alejandría, ciudad mestiza, 

tolerante y amorosa donde convivieron armónicamente 
árabes, judíos y cristianos y que cuando la iglesia católica 
eliminó a los cátaros de su seno, supo acoger a uno que 
después pudo viajar a Milán, no sabemos exactamente si 
para buscar a Leonardo o si Leonardo lo buscó a él cuando 
se enteró de su presencia, para conversar sobre los ritos 
de bautizo con un beso en la boca que Leonardo desconocía 
y que ellos profesaban, que, como habrán podido observar, 
sirvió de tema en el cuadro que proporcionó una de las 
pruebas de pertenecer a Leonardo porque quien si no 
Leonardo se animaría a pintar semejante tema en 1500, 
y que dio origen a éste ensayo. 

Y que bajo ninguna consideración se tome éste ensayo como 

prueba o afirmación de ningún determinismo causal sino como 
un homenaje y admiración al propio Leonardo también, en estos 
tiempos tan revueltos y belicosos.

La otra noche estaba viendo un programa en la televisión por cable que relataba las peripecias, de por lo menos veinte años, desde el descubrimiento, documentación y autentificación del último cuadro encontrado y ciertamente atribuible a Leonardo de Vinci titulado: “The Holly Babys”


Es un pequeño cuadro pintado al oleo sobre madera en el que aparecen dos bebés desnudos, uno al lado del otro, besándose en la boca sobre un fondo oscuro con plantas y piedras. Ni por donde dudar de que el cuadro tiene todas las características y cualidades de pertenecer, o al mismo Leonardo, o a su entorno inmediato no sólo por el tema herético del beso en la boca y cátaro como ritual de bautizo en éstas sectas o por la huella digital encontrada en el cuadro, o por la antigüedad, etc., etc. Sino porque en él, como en ningún otro cuadro de Leonardo se manifiesta una de las técnicas de pintura que el concibió y que dejó en casi la totalidad de sus pinturas: la técnica del sfumato. Esta técnica consiste en “eliminar los contornos nítidos y precisos de las líneas y diluir o difuminar éstos en una especie de neblina que produce el efecto de inmersión en la atmósfera”[1] que rodea a las imágenes y que permite, de una manera mucho más real, percibir el volumen de un cuerpo que pasa de una superficie frontal, bien iluminada, doblándose hacia el fondo y desenfocándose.

De inmediato supe que tenía que escribir sobre todas las ideas que instantáneamente se me fueron ocurriendo y que no fueron dichas en el programa, por supuesto. Porque esa noche me quedó absolutamente claro que Leonardo no sólo fue precursor en casi todos los campos en los que incursionó, por las obras y proyectos que dejó, (la mayoría sin concluir), sino que también en su pensamiento está implícita una lógica distinta de la que se conocía en la época y que sólo se puede acceder a ella por interpretación, en este caso de la técnica del sfumato mencionada anteriormente y la característica de su pensamiento que la produjo.
Comencemos preguntándonos ¿por qué Leonardo habrá decidido, en contra de lo que su maestro Verrocchio le enseñara, idear una técnica semejante y considerar el sfumato como mejor y además posible, para representar un cuerpo en el espacio? Sabemos que Leonardo creció junto a su madre en el campo. Era un niño solitario que jugaba en ese medio observando profundamente la naturaleza y en éste jugar/aprendiendo comprender cómo era en verdad la naturaleza, y cómo se veía en realidad. De este proceso intenso de comprensión profunda que comienza en la niñez y que dura toda su vida, se abre para Leonardo en cada momento posterior de creación, la posibilidad de plantear una idea novedosa sin ser para él nada extraordinario y, mostrando con claridad aquellas características de su pensamiento que pretendo enunciar. También sabemos que la pintura de Verrocchio se caracterizaba, precisamente en el lugar donde Leonardo aplica el sfumato, por una “mayor dureza y rigidez de líneas en el tratamiento de las figuras” cosa que a Leonardo tiene que haberle inquietado mucho por el antecedente mencionado más arriba. Analicemos un poco este problema en el interior del pensamiento de Leonardo.

Estoy convencido que Leonardo, en algún momento, mientras trabajaba y aprendía con Verrocchio sobre dibujo y pintura, se habrá planteado las diferencias y las complementariedades que las dos técnicas de representación de la realidad plantean. Cuando uno quiere pintar un cuadro, lo primero que tiene que hacer es dibujar lo que va a pintar para después colocar los colores en los sectores correspondientes que el dibujo ha delineado, separando por ejemplo, figura de fondo. (Dicho de paso, otra técnica inventada por él, la del claroscuro para resaltar por contraste la figura del fondo). Entonces dibujar es la primera operación de pensamiento y es un proceso que pasa de las cosas al dibujo por abstracción. Esta nos ocupa cuando queremos pasar de un cuerpo volumétrico a su representación en una superficie plana por medio de una figura plana. Es una operación de transformación la que hay que realizar y la logramos por medio de líneas y sombras para tratar de representar lo que vemos en una figura de ese cuerpo que estamos dibujando. Nosotros sabemos que el cuerpo que estamos dibujando no se presenta con líneas. Delinear en un dibujo es una representación que requiere de una traducción de un cuerpo a una figura y toda traducción es una interpretación. Entonces allí donde vemos que el volumen se curva hacia atrás, concentrando su color en lo que vemos como borde, colocamos una línea. Entonces la línea representa un borde, un límite que no es linear por sí mismo. En una superficie vacía donde colocamos un trazo o una figura, éste lo que hace es dividir, separar, cortar, y este corte, según Derrida, es un abismo, un surco que parte la superficie ya no en dos sino en tres; las dos partes y el trazo que separa y reúne a la vez. Claro, ustedes dirán, la línea tiene el grosor de la punta del lápiz y frente a las dimensiones de las partes que crea, su espesor es desechable como entidad. Pero no, no lo es y menos en la representación de un cuerpo, de un volumen. Y esto lo intuyó con absoluta certeza Leonardo y en vez de una línea colocó una zona de sfumato con la que pudo representar de una manera más apropiada el volumen que se estaba curvando hacia atrás.

Jacques Derrida nos deja algunas meditaciones sobre el significado del trazo a raíz de un escrito de Heidegger sobre El origen de la obra de arte en la que sitúa el trazo como un (Riß) en la vecindad entre pensar (Denken) y poetizar (Dichten) a tal punto que aparece una nueva entidad pero él tampoco ingresa explícitamente en la lógica que está implícita en este tema. Pero mejor leamos lo que Derrida dice:

“Pero el trazo que avecina, digamos, el trazo que aproxima, el trazo propio que relaciona (bezieht) el uno con el otro Dichten y Denken  en su proximidad que avecina, que los parte y que los dos con-parten, ese trazo o rasgo común diferencial que los atrae recíprocamente, aun sellando su diferencia irreductible, ese trazo es el trazo: Riss, trazado que se abre paso haciendo una incisión, que desgarra, señala la separación, el límite, el margen, la marca (Heidegger nombra en alguna parte la «marca fronteriza», «Mark» como límite, Grenz, Grenzland, pág.171). y este trazo (Riss) es un corte que se hacen, en alguna parte en el infinito, los dos vecinos, Denken und Dichten. En la entalladura de este corte, se abren, podría decirse, el uno al otro, se abren desde su diferencia e incluso, por servirme de una expresión cuyo uso he intentados regular en otro lugar (en Glas), se recortan en su trazo y en consecuencia en su retraso respectivo. Este trazo (Riss) de recorte relaciona al uno con el otro pero no pertenece a ninguno de los dos. Del trazo habría que decir que es más originario que los dos (Dicten y Denken), que entalla y recorta, que es su origen común y el sello de su alianza, manteniéndose en eso como singular y diferente de los dos,… y en la medida en que un tal trazo abre el paso de la posibilidad de nombrar en la lengua (escrita o hablada), él mismo no es nombrable en cuanto que separación, ni literalmente, ni propiamente, ni metafóricamente. No tiene nada que se le aproxime en cuanto tal.”[2]

Estamos claros que la cita está en otro contexto: el de la relación entre pensamiento y poética y el surgimiento de un límite, o borde entre ambas que, con todo derecho existe como entidad a través de la idea de trazo o recorte de la realidad que se produce en la operación de denominación de las cosas con palabras que toda lengua utiliza. Pero en términos más generales es el mismo tema: el de los bordes en la denominación con palabras o en el de la representación en el dibujo o la pintura.

Leonardo reconoce la manera inapropiada de representación en  el dibujo y la pintura de la época de los bordes de las figuras y crea una técnica llamada sfumato que lo soluciona adecuadamente y con ella ingresa en el “misterio de la sonrisa” de La Gioconda que ha fascinado a toda la humanidad pero él tampoco hace explícita la lógica que está detrás de este descubrimiento aun que ahora la vemos patente con toda claridad.

¿Cuál es esta misteriosa lógica que hace que tanto Derrida como Leonardo se acerquen de una manera mucho más acertada a la verdad de la realidad que está en la manera de representación de un dibujo o una pintura o en el procedimiento de la deconstrucción de la filosofía? Es la lógica de las posibilidades que destraba la lógica tradicional silogística y bivalente hacia una lógica de tres valores de verdad en el cálculo inferencial y posibilita el arribo a la verdad de manera más segura. Veamos primero en qué consiste para después mostrar cómo el pensamiento de Leonardo ya estaba en ella en El Renacimiento. (Aproximadamente alrededor de 1500 d.C.)

La lógica es una ciencia a priori. Sus teoremas son verdaderos sobre la base de definiciones y axiomas derivados de la razón y no de la experiencia. Esta ciencia es un ámbito de pura actividad mental. En 1920, se publica en Polonia en una revista de filosofía el artículo “La Lógica Trivalente” de Jan Łukasievicz que desde 1910 había estado estudiando la manera de desamarrar la ciencia de sus ataduras lógicas, todas ellas provenientes de la lógica aristotélica que es una lógica silogística de términos basada en el principio de contradicción y que reconoce únicamente proposiciones verdaderas o falsas. Łukasievicz ha demostrado que además de proposiciones verdaderas o falsas, hay proposiciones posibles, a las que corresponde la posibilidad objetiva como un tercer valor además del ser y del no-ser opuestos radicalmente. Ese sistema es tan coherente y consistente como la lógica de Aristóteles, y resulta mucho más rico en leyes y fórmulas. Lo interesante del descubrimiento es que ese tercer valor de posibilidad lógica, Łukasievicz lo coloca en el medio de los dos valores polares extremos y determina que algunas leyes de la lógica bivalente son falsas en la lógica trivalente por ejemplo: (a = a’) = 0, es decir que es falso que (a) sea igual a (no a), puesto que para la nueva lógica existe la posibilidad de que (a) sea y no sea  a la vez. Esto explica el hecho de que en lógica trivalente no haya antinomias y que se incorporen en los estudios lógicos, proposiciones modales como las de necesidad, posibilidad, implicancia y contingencia, etc. Veamos en qué dirección está avanzando la lógica contemporánea según apreciaciones de Łukasievicz:

  “La lógica contemporánea se presenta con un aire nominalista. No se refiere a conceptos y juicios, sino a términos y proposiciones, y considera estos términos y proposiciones no como flatos vocis, sino –con un enfoque visual– como inscripciones que tienen ciertas formas. Según este supuesto, la logística intenta formalizar todas las deducciones lógicas, es decir, presentarlas de tal modo que su acuerdo con las reglas de inferencia, es decir, las reglas de transformación de inscripciones, pueda ser contrastado sin referencia alguna a los significados de estas. Dicho intento, iniciado en la antigüedad por los estoicos –los cuales, a éste respecto, se oponían a los peripatéticos– aspira a reducir toda  la evidencia lógica a evidencia visual, dejando de lado todos los elementos engañosos de naturaleza conceptual.”[3]

De la cita anterior podemos ver como la actividad de los lógicos se estaba dirigiendo a lo que Rudolf Arnheim en 1969 denominó Pensamiento Visual y que es una forma de razonamiento de algunas personas en la actividad artística y científica para la comprensión del medio por los sentidos y que son casi idénticas a las operaciones que describe la psicología del pensar y que el pensamiento verdaderamente productivo en cualquiera de las áreas de la cognición tiene lugar en el reino de la imaginería sin escindir sensación de pensamiento que es la causa de tanto empobrecimiento en el hombre moderno. Pero también podemos ver que la invención de Leonardo de una técnica llamada sfumato para la representación tanto en dibujo como en pintura está plenamente contenida en el pensamiento visual de Arnheim, en la lógica trivalente de Łukasievicz convirtiéndose en la personalidad más innovadora y contemporánea que ya existió en 1500. ¿De qué manera veo que Leonardo manejaba intuitivamente una lógica trivalente que recién se descubre y formula 420 años más tarde? Hagamos una historieta visual en cinco actos:

a) Enunciado condicional















  
b) Acción generadora


















e) Modificación del borde = sfumato

Esto es precisamente lo que Leonardo hace cuando dibuja. La acción de dibujar algo tal cual él percibe se desarrolla por entero en y a través de esa tercera entidad que ha descubierto y que le permite una representación real de las cosas que dibuja. Trabajar en la entidad del medio (dibujo con sfumato) es ubicarse, desde el punto de vista lógico, en la posibilidad de la representación que le otorga una libertad relativa y con ello, se desmarca del pensamiento que excluía esta modalidad.

Es ubicarse en el límite, reconociendo que allí, todo sucede; alguien dijo alguna vez, que las ideas novedosas se escriben en los márgenes y no podía haber sido dicho de mejor manera. Allí suceden muchas cosas: por un lado la definición, pero también la transgresión, la ambigüedad, la desaparición, la trascendencia. El límite es un lugar mágico: el lugar de las posibilidades. Junto a la noción de límite no hay que olvidar la noción de campo que lo presupone de tal manera que no hay campo sin límite y un límite necesariamente define un campo como lo plantee en otra entrada anterior.

Alguna vez se me ocurrió pensar una explicación del ¿por qué la entidad del medio es invisible a nuestros ojos? Tiene que ver con un cambio de sustancia. Tiene que ver con aquella vieja distinción entre espacio profano y espacio sagrado, que Mircea Eliade[4] explica, pero para traspasar de uno al otro, requerimos de un portal en un límite, y no lo vemos porque no hay nada y sin embargo es el acceso a otro lugar con otros códigos. ¿Será que es imprescindible una iniciación? Sólo allí, cuando tenemos la mente abierta, la suficiente precaución, y una tierna delicadeza, podemos acceder a otros mundos; los mundos de las posibilidades sin fin que nos fascinan y encantan. Los artistas, por su activada sensibilidad, algunos conscientemente y otros inconscientemente se han topado de alguna manera con este problema que en última instancia, es un problema lógico. En la medida que la lógica lo ha resuelto, al configurar una totalidad con entidades homogéneas en los extremos y una discorde en el medio que las diferencia y las asocia a la vez y que posibilita el ingreso a una realidad trascendente, el no verla es porque ya no vemos más que lo uniforme, nos hemos acostumbrado a razonar en el marco del principio de exclusión de la tercera posibilidad. Eso se expresa en la lógica que usamos en nuestro pensamiento. Al excluirla hemos hecho desaparecer otros mundos posibles y con ellos la realidad se ha empobrecido. Esa entidad del medio que siempre debió ser múltiple (que va de la simple línea a las infinitas formas del sfumato) se redujo a la simple línea y que en muchas ocasiones ni siquiera reconocemos su existencia. Si bien esto la homogeneizó con sus dos vecinas (los campos que se abren y diferencian por la línea), aún así no se reconoció su existencia formal y su lógica participación y permanecimos hablando y pensando sólo, de dos partes.

Pero no quisiera permanecer en la denuncia abstracta sin remitirme a las pruebas. Quisiera que observemos un estudio de manos y brazos de mujer en el que Leonardo, por la dedicación que le ocupa, para mí se vuelve indiscernible. Ya no interesa diferenciar el dibujo de la pintura; él la sitúa entre el dibujo y la pintura siendo un dibujo:


Aquí podemos apreciar toda la gama de posibilidades del dibujo tanto en las superficies como en los bordes. Tenemos delineación y tenemos sfumato y tenemos sombra en el cuenco de la mano y en los bordes laterales.



En el detalle de la mano izquierda, como está sobre el regazo, aparecen más los sfumatos. En la parte inferior de la mano sfumato con línea de borde y entre los dedos, sombra con sfumato.


En este estudio de caballos con jinetes, las figuras aparecen casi exclusivamente delineadas por una línea pero que no es uniforme de un solo grosor y el sfumato sólo se usó en el área de las extremidades, cerca de los cascos. Los caballos parece que tuvieron mayor dedicación mientras que los jinetes quedaron a nivel de bocetos de la acción combativa que realizaban.


En éste dibujo que es un estudio para el retrato de Leda, a diferencia de lo que he estado tratando de mostrar, Leonardo hace el dibujo casi exclusivamente con líneas. Quizá debido a que Leda se presenta con un peinado bien definido y completamente delineable. Además su bello rostro y su actitud merecen ser aprehendidos con total delicadeza. Pero, si se fijan en la zona de la boca, esta quedó medio indefinida. ¿Quiso Leonardo hacer lo mismo que con la sonrisa de La Gioconda? Aquí no hay ninguna sonrisa o esbozo de ella, más bien siento que hay pudor y una cierta ambigüedad entre seguridad y confianza, y resignación o reproche.

¿Qué es lo que demuestra esto? Que cuando se ingresa en una calculada indefinición, ésta da lugar a un abanico de posibilidades como las que la lógica polivalente o trivalente desarrollan y en definitiva, como es en verdad la realidad y cuando esto se puede captar y representar en un dibujo estamos inequívocamente frente a una obra maestra del arte. Y nos está mostrando cómo era el pensamiento de Leonardo, con que lógica pensaba, sobre todo cuando dibujaba y ese tipo de pensamiento con una lógica trivalente también era pensamiento visual, productivo, porque de otra manera no se puede explicar las innovaciones y la creatividad que quedan patentes en toda su obra que van más allá de su tiempo y espacio y se vuelven intemporales, eternos, trascendentales.




[1] Enciclopedia Encarta de la Microsoft
[2] Jacques Derrida, La Retirada de la Metáfora. Ensayo que aparece en www.philosophia.cl/Biblioteca/Derrida. pág 20
[3] Jan Łukasievicz, Estudios de Lógica y Filosofía. Aparece en www.philosophia.cl/Biblioteca/Lukasievicz pág. 63
[4] Mircea Eliade, Lo Sagrado y lo Profano, Ed. Guadarrama/Punto Omega, 4ª edición, 1981. 

sábado, 17 de septiembre de 2011

SENDEROS EN EL TERRITORIO DE LA LÓGICA

Dilemas Lécticos



Me había propuesto para la entrada de este mes abordar la cuestión lógica en conjunto. Pero dado que el título previsto iba a ser “senderos en el territorio de la Lógica” y tenía que escribirlo hasta hoy, veo que optaré por recorrer sendero por sendero en sucesivas entradas posteriores.

El sendero actual que recorreremos fue parte de una tesis que estaba elaborando con la guía del Dr. Alvarez hace algunos años y el es hegeliano según me dejó ver en muchas oportunidades. Entonces había que caminar en compañía esa vertiente sometiendo los obstáculos a mi experiencia vivencial y mi reflexión.
Como nos movemos en el interior de las formas del pensar, el subtítulo habla de “dilemas lécticos”. La expresión <léctico/a> viene del recorte efectuado a la palabra que sabemos que nos plantea inmediatamente una dualidad que proviene de diálogo y se ubica en un solo nivel y aunque existen muchas maneras en las que se ha abordado la dialéctica, sin embargo casi todas han surgido en occidente de Grecia. Digo casi todas porque la filosofía china en algún momento tuvo contacto con Grecia y recibió la impronta dual en la etapa Helenística, de esa cultura. Esto se manifiesta en la forma en que se constituyen y redactan, por ejemplo, los libros del I Ching o del Tao Te King. Agrego al final un Glosario de este capítulo por la necesidad sugerida de especificar el sentido de algunos términos utilizados, y no así colocados en notas al pié, por la extensión.
Entonces los invito a recorrer éste primer sendero, provistos de casco y machete en lo posible, porque de seguro lo encontraremos lleno de maleza que hay que despejar.

1.1    EJE LÓGICO
1.1.1.  DILEMAS LÉCTICOS
De las alternativas que la lógica nos proporciona para abordar las formas del pensar con algún rigor las cosas los entes y el ser, existen varias posibilidades que, me parece hay que considerar. Están la dialéctica, la tetra-lógica y las lógicas multivalentes requeridas sobre todo por la física teórica actual y otras ciencias en el paradigma de la complejidad.
a)         Dialéctica
El término «dialéctica» se ha entendido según acepciones diversas[1]. Una de ellas es la concepción que se propone definirla en función de las contradicciones implicadas en los procesos analizados, siendo los papeles que se atribuyen a éstas contradicciones, muy distintos entre sí (Platón, Aristóteles, Kant, Hegel y Marx, sólo por citar los más conocidos), y se pueden reducir, según opinión de García Sierra, “las restantes acepciones a la condición de casos particulares” de la que voy a resumir y comentar.
Según ésta caracterización, todo filosofar o toda forma de pensar incluso la científica, reconoce la validez de la idea de contradicción lógica del tipo relación sintáctica de consecuencia «p conjunción no p». Sin embargo, se recomienda no restringir de este modo la contradicción y más bien, dialectizar la lógica misma, significando esto, aceptación de la existencia formal de la contradicción, y con esto me basta.
Otro aspecto que surge necesariamente del anterior es el reconocimiento de identidad de los contrarios en la relación de contradicción de esta dialéctica. La caracterización de la identidad de contrarios puede ser diversa. Esto  nos conduce, por un lado, a la resolución de la incompatibilidad lógica como valor de verdad o, por otro lado, al fluir en movimiento que desemboca en otro cualitativamente distinto que no implica que todo lo que se mueve envuelva una contradicción formalizable.
Los modos de resolución de contradicciones dialécticas pueden distinguirse en: un modo estructural de simultaneidad y otro modo procesual de sucesividad. El primero tiene lugar cuando los términos de la contradicción se nos presentan frente a frente y desembocan en forma canónica como dilemas y antinomias. Los segundos tienen lugar cuando los términos de la incompatibilidad dialéctica se presentan como procediendo unos como desarrollo de los otros y éstos generan un “progressus” hacia delante o un “regressus” hacia la detención. Para ésta tesis me interesa considerar dos figuras de éstos procesos: la metábasis y la catábasis en la línea del progressus.
Metábasis. Figura o estrategia, en la línea del progressus, de la dialéctica procesual divergente. En la metábasis el desarrollo de identidad de los términos conduce a una configuración que se encuentra más allá del genos (origen) y que, aunque no es contradictoria en sí misma, implica la resolución del proceso por acabamiento.
Catábasis. Figura o estrategia, en la línea del progressus, de la dialéctica procesual convergente. En la catábasis el desarrollo regular de dos o más procesos mantenidos según una ley de identidad se resuelve por su confluencia o identidad sintética en una configuración que constituye el límite externo de los concluyentes.
b)         Tetra-léctica
La tretra-léctica[2] es, según el autor, “una lógica geométrica especial mediante la cual las ideas son expresadas multipartitivamente”. Mientras que la dialéctica está ubicada en la forma lógica del pensar, la tetra-léctica se ubica en el ente como concreción particular del ser en cierto modo. Ese modo del ente es su estar siendo geométrico o en tanto ese ente existe y se manifiesta y en la medida en que se manifiesta en el espacio. La tetra-léctica es una lógica especial y espacial del ente con relación a su cuerpo a su ubicación y a las direcciones ortogonales que despliega. Es corpóreo-céntrica y limitada cardinalmente a dos direcciones únicamente: la antero posterior, que se alinea con el frente, y la lateral, perpendicular a ella. A cada dirección se le puede aplicar una mirada dialéctica en función de la contradicción que despliega en el eje, pero siempre con relación y referida al cuerpo, al ente, a la categoría semántica, que ocupe la casilla del centro.
En lógica, Julius Pacius en el siglo XVI, traductor y comentador de Aristóteles, elabora un cuadro lógico para recordar las relaciones entre las clases de juicios de la lógica aristotélica y la inferencia lógica que es posible calcular a partir de ella. En la figura siguiente, las letras representan los juicios universales, particulares, afirmativos o negativos. Las relaciones lógicas emergentes son caracterizadas como contrarias entre términos universales afirmativos o negativos y, subcontrarias en el nivel de los términos particulares. Entre términos universales y particulares se encuentran relaciones subalternas y en las diagonales las relaciones contradictorias. (ver figura arriba) Este cuadrado lógico en su totalidad es aplicable a cada par de términos de cada eje de la tetraléctica puesto que sus términos son contrarios. No representa la totalidad del sistema tetraléctico y la casilla del centro está ausente en el cuadrado lógico. ¿Por qué está ausente? Porque el cuadrado lógico nos permite inferir proposiciones ontológicas sobre el ser, mientras que el esquema tetraléctico habla sobre el ente en cuanto el ente es corporal y espacial y está orientado y despliega direcciones, por lo tanto, el discurso sobre el ente es un discurso óntico y no ontológico que se mueve en un campo limitado y establece relaciones espaciales y temporales con los otros entes y con el medio donde está. Lo óntico es anterior y quizá sea la razón por la que el pensar en estas latitudes ha manifestado una preferencia por él.
Si nos trasladamos a los enunciados sobre el mundo, la semiótica nos plantea que los términos en este caso son categorías semánticas o signos y donde se opera con el significado de las categorías que ocupan el lugar de los términos y las relaciones lógicas que establecen. Allí podemos encontrar otro cuadrado, en este caso un cuadrado semiótico que representa visualmente, la articulación lógica de una categoría semántica cualquiera con los sentidos opuestos a ella.
En éste cuadrado semiótico[3] la similitud con el anterior es que las relaciones de contrariedad y contradicción permanecen, mientras que el criterio del contenido de los términos cambia y hace cambiar la tercera relación de subalternos, por otra de complementarios, en base a los avances de la lógica formal y de la teoría de grupos o conjuntos. Es así que se pasa de términos universales-particulares a términos complementarios expresados como (S¹) y complemento de (S¹) con una línea encima. Esta relación se caracteriza por la oposición resultante de la presencia-ausencia de rasgo definido. Aquí es donde se manifiesta la relación de contradicción y su característica es estática. Si se adopta una postura diferente y se considera que el complemento del término visto desde la totalidad abre la relación de implicación en el término original, entonces las relaciones de contradicción que son excluyentes se reemplazan por las de complementariedad que son incluyentes y tienen que estar presentes siempre en un enfoque actual porque son concomitantes y están llamadas a contraer una relación de presuposición recíproca.
En una “semiótica de tercer orden”, según los autores citados, los términos categoriales han sido sometidos a una complejización. Investigaciones comparativas de V. Brøndal han hecho aparecer la existencia en el cuadrado, que se convierte en una red que articula categorías gramaticales, unos términos complejos y otros términos neutros que resultan de relaciones inclusivas del tipo «y … y» entre contrarios que, nos permiten pensar el “a la vez” que hemos venido escuchando frecuentemente.
Volviendo a la tetraléctica, y después de lo que hemos incluido recientemente, se vuelve evidente que ni el nombre es adecuado porque ni es tetra sino un sistema bi-compuesto de dos dialécticas relacionadas en direcciones ortogonales, e incluso surge la duda si éstas son en realidad dialécticas porque cada eje pasa necesariamente por el centro que es un tercer término para cada una, ignorado o, si se quiere, el término de origen desde el punto de vista lógico. Hay que preguntarse ¿qué es ese tercer término y qué papel lógico juega en la relación y por qué es tan elusivo u ocultado?
c)         Lógicas multivalentes
Ya hemos visto que surge inmediatamente la necesidad de considerar y analizar otras lógicas que no restrinjan la inferencia de los valores de verdad a únicamente dos que se han concebido desde el inicio como opuestos excluyentes y contrarios definitivos como se planteó en la lógica bi-valente clásica y que ha perdurado hasta nuestros días. Esta lógica clásica perdura implícita en la dialéctica y a la tetra-léctica. Como estamos empezando a aceptar que la realidad, el mundo son complejos, a aceptar la incertidumbre como principio, a incorporar en nuestro pensar la posibilidad como recurso valido, tenemos que indagar otras lógicas que expliquen mejor cómo es el mundo y cómo lo pensamos y hablamos sobre él. La creencia y el convencimiento en la certidumbre en nuestro razonar ha sido gradual y constantemente cuestionada.
La incorporación de la modalidad en lógica ha proporcionado un avance hacia juicios e inferencias de necesidad, posibilidad, implicancia, contingencia, etc., que han proporcionado aperturas distintas de la contradicción. Los desarrollos de la lingüística y la semántica que se ocupa de los significados y sentido de la palabra y del discurso (logos) han hecho lo propio y han mostrado cómo el modo en que se realizan sugiere sentidos distintos y cadenas abiertas de significado que se abren indefinidamente.
Las lógicas multivalentes[4], cuya expresión más acotada es la trivalente, acoge al tercer término por el que habíamos iniciado éste acápite, y lo caracteriza como la situación ambivalente que se inserta en el centro de una contradicción dialéctica entre contrarios o contradictorios. Adquiere un nuevo valor de verdad que no estaba presente en la lógica clásica por el principio del tercero excluido y admite la posibilidad que una cosa, un ente o el mismo ser sea y no sea a la vez. En términos lógicos las cosas pueden ser vistas ya no solo excluyentemente como los juicios del tipo «o … o» sino incluyentes del tipo «y … y» con lo que se posibilita, ya no la contradicción sino la complementariedad por un lado, y la ambivalencia por el otro. En un sistema binario como el usado por la computación basado en dígitos (1s y 0s) donde el (1) representa (si) y el (0) (no), también expresado como (I/O) que está originalmente concebido en la lógica clásica, es posible convertirlo en tri-nario incluyendo el tercer componente ambivalente en el centro de esta manera (1/ 0 / -1). Esta sencilla modificación tiene consecuencias enormes permitiendo acercarse a los entes y las cosas de otro modo y poder explicar fenómenos que antes no podíamos o no era lícito lógicamente hacerlo. Entre ellos, el empantanamiento tradicional de la filosofía occidental de, lo subjetivo o lo objetivo en el conocer, que afortunadamente ya se re-conoce que es ambos a la vez pero, que no tuvo un lugar definido y constituido en la lógica bivalente y que si lo tiene en la trivalente.
En el contexto de esta reflexión se hace evidente que la tetralógica vista como la sobre-posición de dos sistemas ortogonales trivalentes permite recién ver el rol que le toca desempeñar al término del centro. En primer lugar como un término más de esta lógica con una legítima identidad y por tanto, el “quinto elemento”. En segundo lugar, un papel neutro o polivalente en el núcleo de esta lógica. La polivalencia no necesariamente debe adoptar un valor bivalente o tretravalente solamente sino que permite o admite posibles aperturas a más valores colocándose en el cálculo matricial y la complejidad. Por ejemplo, también, abriendo relaciones con componentes del entorno como términos (E) que incidan en él desde afuera con la intensidad que se determine.
d)         Entorno y/o Contexto
Pienso que cuando se considera un objeto en el marco de la complejidad, la lógica implícita en el pensar complejo es la que permite entender el modo en que actúan algunos componentes externos y hacen que el comportamiento del objeto adquiera desarrollos conservativos, adaptativos, o imprevisibles a la larga. Entornos y Contextos, ambos aluden a la idea de ubicación y su medio en el que están es siempre variado; en el primero es físico mientras que el segundo le otorga sentido a las palabras de un escrito o discurso, de una reflexión y, por tanto, inserto en  una determinada cultura.



GLOSARIO DE LA TESIS

Capítulo 1        Estructura Formal de Reflexión de un Objeto

HOLÓTICO. holo-. (Del gr. λο-). elem. compos. Significa 'todo'. Holoceno, holografía.
Microsoft® Encarta® 2008. ©
Correspondiente a la teoría de los todos y las partes. De las diferentes maneras de caracterizar las totalidades surgen los caracteres adjetivos, predicables que se pueden utilizar cuando se habla de totalidades. De la misma manera las partes se irán adjetivando según éste criterio. En una estructura formal como la que he presentado, las partes que hemos identificado son partes formales y son aquellas partes de un todo que conservan dependencia de la «figura total», de suerte que el todo (ya sea sustancialmente, ya sea esencialmente) pueda ser reconstruido o al menos codeterminado por esas partes formales. Como la metafísica opera partiendo de un fundamento empírico y transforma la idea en una dirección preferentemente sustancialista, es difícil el retorno a lo fenoménico, empírico. De ahí que este capítulo esté siendo desarrollado en el plano puramente abstracto y formal.
 La diferencia entre lo que es holótico y el holismo reside en que el holismo es una doctrina, escuela o movimiento que pretende incorporar la idea de totalidad en el pensamiento de la época, mientras que lo que es holótico surge del propio objeto de estudio como una manera de abordarlo, de pensarlo.

CONTEXTO o ENTORNO. ¿Por qué pareciera que hay una cierta indecisión en la preferencia por uno u otro término? Contexto nos remite, por un lado a series del discurso o tejido de la narración, es decir a un ámbito textual, y por otro lado a las circunstancias que acompañan un suceso, un acontecimiento, que desde la filosofía en el capítulo ontología clásica, son prescindibles pero que en el momento de la reflexión actual se vuelven imprescindibles por la voluntad de separarse en cierta medida de las restricciones habituales del desarrollo del pensamiento filosófico occidental. Mientras que entorno alude a ambiente, es decir lo que rodea al objeto, sus condiciones o circunstancias. ¿Cuáles podrán ser? En éste caso nos interesa no restringir el ambiente solo a condiciones físicas sino también textuales aunque esto no sea una narración y porque se desarrolla en y con el lenguaje.

METAFÍSICA. Su significado literal heredado de Aristóteles es “lo que sigue después de la física”, sin embargo, la más importante según su opinión, y la denominó “Filosofía Primera”. Dedicada a indagar sobre los principios superiores de todo lo existente, inaccesible a los sentidos, comprensible tan sólo por intelección y necesaria para todo reflexionar. La crítica que se hace a la metafísica se debe al momento en que ella se subordina a la teología en la época medieval. También persiste un sentido anti-dialéctico por la unilateralidad y el subjetivismo derivado en este tipo de reflexión. Mi intención, como quedó manifiesta en la nota al pié, es la misma de Aristóteles y sobre todo para no dejar fuera de la reflexión algunos elementos que puedan enriquecerla.

EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO EN TRES ÓRDENES. En julio de 2006, el Dr. Sotolongo dio una conferencia sobre el Pensamiento de la Complejidad y sobre las estrategias de indagación de fenómenos complejos donde se habló de los distintos órdenes en los que el pensamiento de occidente se ha movido. El menciona dos órdenes. El primero que centra su atención en el conocimiento de lo real por medio de la ciencia y cómo en base a lo real medible se trata de entender y explicar lo simbólico y lo imaginario avanzando sobre él. Ésta estrategia funcionó y sirvió bastante bien hasta que empezamos a sentir sus insuficiencias y la necesidad de muchos cientistas, sobre todo sociales, al descubrir que los imaginarios, las artes y la literatura pueden proporcionar muchos indicios y pautas que ayudan a entender y explicar lo real donde las ciencias no lo pudieron hacer acertadamente. Entonces se empieza a aceptar que los imaginarios, lo simbólico, al integrar en sus visiones muchas más dimensiones no contempladas por la ciencia, crean mundos que cada vez más influyen sobre lo real  y lo crean y se producen incrementos cualitativos en el saber y crean nuevas maneras de hacer ciencia. Los conocimientos de primer orden son lineales del tipo , analíticos, descriptivos. Los conocimientos de segundo orden son no lineales, holistas y transdisciplinares. En el campo específico de la semiótica que se va consolidando en el siglo pasado, la primera generación de términos categoriales para el cuadrado semiótico surge en una lógica binaria de oposición. La segunda generación da origen a dos términos contradictorios generando relaciones de complementariedad (el ) y presuposición recíproca. La tercera generación con V. Brøndal muestran la existencia de términos complejos y neutros en la relación (y…y) entre contrarios.

DILEMAS LÉCTICOS. El origen del vocablo ‘léctico’, en principio, surge de no haber encontrado un concepto que abarque el contenido, en el ámbito de la lógica, del tipo de pensamiento de un objeto en base a partes relacionadas como es la dialéctica, pero que por el prefijo ‘di’ circunscribe a solamente dos partes. Entonces se me ocurrió recortar el prefijo y dejar el resto. Pero ‘léctico’ proviene de lectura en su acepción de interpretación del sentido de un texto. Pero también, de la lexicología como estudio de las unidades léxicas de una lengua y de las relaciones sistemáticas que se establecen entre ellas, lo que también me interesaba incorporar. Entonces quedó así para designar un acápite que pretende plantear alternativas para pensar lógicamente un objeto en un contexto complejo, abigarrado no occidental.






[1] He tomado la referencia de la sección 2. Dialéctica, del Diccionario Filosófico de Pelayo García Sierra haciendo un resumen del acápite y no citándolo textualmente. Ediciones Peñalfa, Oviedo, 2000.
[2] Los Fundamentos de la Tetraléctica de Jorge Emilio Molina R. Edición suya por la imprenta Papiro, La Paz 1988.
[3] La figura y el contenido han sido tomados del Diccionario razonado de Semiótica de A.J. Greimas y J. Courtés como resumen y comentario del título Cuadro o Cuadrado Semiótico. Editorial Gredos, Madrid, 1982
[4] Tomado en resumen del volumen 7: Lógica. Del artículo sobre Lógicas Multivalentes de Lorenzo Peña, Editorial Trotta, Madrid, 1995.