miércoles, 22 de mayo de 2013

Átomos de Arquitectura, entre Vacío y Lugar


Reconcepción 2
(Qhatu,  entre   Κενός   y   Κôρα)

Hace unos pocos días, cuando me dispuse a revisar el programa de Teoría de la Arquitectura que actualizo cada año para mis alumnos de la universidad, hice una búsqueda rápida en la red para ver que se estaba colocando actualmente en ese tema de las teorizaciones, que dicho de paso, fueron el origen de este blog y que me interesa determinar. Al cabo de un momento encuentro un video[1] de una mesa de discusión que propiciaron estudiantes de arquitectura con Gustavo Bueno (filósofo) e Iván Vélez (arquitecto). Rápidamente descargo el video con el entusiasmo de contar con material audiovisual que poder mostrar y analizar en clases y con la esperanza de resolver nuestro problema de una teoría contemporánea y actualizada para la Arquitectura aquí y allá.

Instantánea de la presentación de Gustavo Bueno

El tema de la mesa fue la determinación del concepto de arquitectura que permita una teoría. De ahí el nombre: “Hacia una Teoría General de la Arquitectura”. Claro, mientras los alumnos urgían una definición, Gustavo Bueno insiste en la noción de determinación. Y es que en la actualidad se hace urgente fijar los términos con los que hablar sobre arquitectura de manera más rigurosa y a mí me quedó claro que lo que él hizo fue una determinación bastante precisa de lo que había ocurrido en occidente entorno al tema y con esta, excluye todos los demás desarrollos en otros mundos de la totalidad del Mundo. Esta determinación es incompleta o por lo menos habrá que decir que es regional pero sin duda hegemónica.
Para resumir lo planteado allí, podemos decir que Gustavo Bueno coloca a la Arquitectura dentro de las Artes en el grupo de aquellas que tratan propiamente con cuerpos, es decir la escultura y la arquitectura haciendo una diferencia entre ellas: mientras que la escultura trabaja con “bultos” (del lat. vultus, faz) y se ocupa de una pura exterioridad superficial, la arquitectura se ocupa de la interioridad vacía, opaca que tiene una  entrada y salida y sirve para habitar. Para ello tiene que edificar, con un sistema constructivo racional, un cuerpo que está asentado sobre la tierra y crece hacia arriba a través de un eje vertical que marca una orientación. Eh ahí las principales ideas de esa determinación.
Partes formales

Es interesante recalcar que en esta determinación planteada por Bueno, la aproximación teórica hacia la superficie externa construida que la arquitectura también expone simultáneamente, quedó explícitamente manifestada como irrelevante o secundaria mientras que los componentes importantes que hay que tener en cuenta de ese cuerpo son las partes formales que lo constituyen y las relaciones que manifiestan y que han sido tradicionalmente no naturales. Es decir, no han sido nunca “copia de la naturaleza” sino que han tenido un desarrollo propio. Ejemplo: la basa, el fuste, el capitel, partes formales de una columna y que están relacionadas con las nociones de institución (que viene de instituir) y ceremonia.

Cuando Bueno se refería a esa interioridad vacía menciona el término griego de kενό, hueco o vacío como sustantivo. Esa oquedad que determina el concepto de arquitectura, por lo menos en occidente que Bueno la coloca como central para una teoría y que posteriormente queda como “El Kenós de la Arquitectura”, me remite al primer artículo que puse en este blog y me parece que  dirige la determinación en un solo sentido, que sin dejar de ser cierto, excluye a todas las demás posibilidades, es unilateral y problemática en la medida que queda incompleta si no se la contextualiza en términos de una relación como ser: un núcleo kenósico envuelto por su cuerpo edificado que es más molecular que molar o atómico.

Yo escribía, cuando hablaba del “objeto de estudio” del arquitecto que efectivamente los arquitectos siempre se ocuparon de agenciar vacíos sólo que los llamaron espacio y que ese espacio a mi parecer no es un vacío solamente y que tampoco nos podemos atribuir como objeto de estudio el espacio así sin más. Ese espacio-vacío en arquitectura es siempre conforme, proporcional o correspondiente con alguna otra cosa, por tanto tiene un sentido, una significación que en parte proviene del vacío mismo cuando contemplamos la forma de ese vacío y a la vez no proviene del vacío sino de las cosas que lo ocupan, del cometido, del uso, de las relaciones sociales que le dan origen y sentido. De manera muy general habría que acordar que son ambos, es decir espacio vacío por y para las cosas y pienso en cosas en el sentido filosófico o si se quiere tomando a Zubiri[2] cosas-campo como una unidad nuclear sometida a fuerzas donde campo hay que entender ya no como espacio vacío sino como una organización y distribución de cosas que reclaman un espacio que dan como resultado un campo organizado de alguna manera. Una configuración campal.

En el diccionario filosófico que se elabora a partir de la filosofía de Gustavo Bueno, en el capítulo ontología aparece el concepto de Kenosis[3] y dice que “se utiliza no tanto para designar el proceso de vaciamiento o evacuación de un recinto dado, sino el [vaciamiento] de su contorno a fin de dejar exento, respecto de determinados contenidos, al nódulo (configuraciones corporales tetra dimensionales en tanto ámbito de interacciones)”. Y si nos preguntamos por el nódulo en este caso, habremos de tener que considerar la configuración de unas interacciones tales que se establecen entre las cosas y con ese vacío no como un embalaje ajustado sino como ambiente[4] (Condiciones o circunstancias físicas, sociales, económicas, etc., de un lugar, de una reunión, de una colectividad o de una época.), puesto que su cometido es habitar. Y con eso entramos de lleno en lo que reclamo para el “objeto de estudio”.
Si nódulo es “una configuración activa de relaciones entre componentes tanto intra (es decir entre componentes del nódulo. Ej.: cosas – espacio vacío interior) como con terceras entidades corpóreas (es decir cuerpo que envuelve al nódulo. Ej.: edificio), concepto generalísimo que puede ser aplicado  tanto a agregados como a organismos, o a configuraciones compactas como a configuraciones efímeras, tanto a configuraciones individualizadas como a configuraciones de límites borrosos, pero todas ellas con unidad perceptual molar y objetivable”, entonces con esta determinación del concepto nodal, “el dintorno de un nódulo es el conjunto de entidades que están en él englobadas, mientras que el entorno es el conjunto de todas las entidades que no perteneciendo al nódulo, mantienen sin embargo con él interacciones constitutivas (acaso moleculares más que molares) y en cada caso significativas”. El entorno según esto, “no es solamente el envolvente exterior o lugar (en el sentido aristotélico) de un nódulo sino el conjunto de condiciones extrínsecas que necesita esta configuración” para funcionar. “El contorno es la frontera espacial tanto interna como externa entre el entorno y el dintorno”.[5]

Entonces de lo que la arquitectura trata o dicho de otro modo, los componentes del concepto arquitectura no podrán concebirse como interioridad vacía (kenós) y nada más. En todo caso es uno de los componentes. Tampoco esa interioridad vacía debe pensarse como entidad pasiva es decir como mero contenedor de alguna otra cosa, sino a la configuración inter accionante biunívoca de un dintorno nodal compuesto de cosas-campo a la manera de Zubiri o de los campos energéticos de la física, o de “estructuras de colocación y distribución de objetos-asientos y sus interacciones en una unidad de habitación cuyos límites pueden ser sólidos o virtuales que permiten alguna o muchas relaciones sociales”, como lo sugería anteriormente en otro artículo.[6]

Pero aun así y con todo, se puede advertir que con esta última determinación gradualmente nos alejamos del eidos (idea pura, formal) y nos avocamos a los componentes o entidades (manifestaciones) de la configuración y aún más, nos alejamos de la abstracción y nos acercamos a las concreciones múltiples por carecer de un concepto que las englobe en su totalidad.

Entonces, ¿Qué compone el nódulo en esta configuración? Las relaciones sociales que dan origen a las construcciones que las posibilitan, no. De eso se ocupan las ciencias sociales. Pero tampoco podrían ser solo las construcciones porque en tal caso no habría necesidad de arquitectos.

Entonces viene a mí Khôra que ciertamente no es el vacío como expresa Derrida[7]. No es ni del orden de lo sensible ni de lo inteligible, ha sido traducido como “lugar”, “sitio”, “emplazamiento”, “región”, “comarca”. Hay Khôra pero no sabemos que es. En los diálogos de Platón, Timeo habla de que Khôra es propiamente una madre, una nodriza, un receptáculo, una porta-impronta. Ni los nombres de “receptáculo” o “lugar” designan una esencia, el ser estable de un eidos (idea, forma), puesto que no es ni del orden del eidos ni del orden de los mimemas de las imágenes del eidos. No es ni esencia ni representación, no es y tampoco se presenta como entidad y sin embargo ha suscitado el que Platón escribiera todo un libro de la conversación donde Timeo habla de Khôra o de su sentido a través de actos de lenguaje (speach acts), designaciones o canalizaciones. Todos estos actos mencionan generalidades, un orden de multiplicidades, un “algo” que no es una cosa y que al decirlo pone en cuestión esas presuposiciones y esas distinciones. ¿Qué hacer con esto que existe pero no es algo?

Derrida ya lo menciona. La posibilidad de un tercer género (tryton genos), que se ubicaría entre lo sensible y lo inteligible o entre mythos y logos pero la dificultad está planteada como imposibilidad puesto que todo lo mencionado y de la manera que fue planteado tiene el corsé de la lógica clásica aristotélica del tercero excluido frente a algo que hay y no se puede determinar con esa lógica.  Pero no solo eso, Derrida, en el ensayo que escribe a propósito de Khôra, nos coloca en una oscilación de dos géneros de oscilación: la doble exclusión (ni…/ni…) y la participación (a la vez… esto y aquello) y simultáneamente ambos. ¡Qué paradoja!

Qhatu: Puesto de Venta de papa

Pues bien, en el mundo andino encontramos, a mi parecer, una entidad que resuelve el problema de otro modo con su presencia. No hay que hablar de esto con las categorías clasificatorias de occidente ni dentro de la lógica aristotélica. Irrumpe con su presencia subversiva y trastoca toda racionalidad. Se trata del Qhatu el cual realiza ambas determinaciones simultáneamente (primero como negativo del Kenós porque es un lleno y, como Khôra porque es un lugar pero inestable, fugáz, circunstancial, en una lógica distinta (trivalente o del tercero incluido lupasciano) para la posibilidad de determinar el tan urgido concepto de Arquitectura. (ver: Atomos de Arquitectura en el Blog.[8]

Feria en La Paz

El término /Qhatu/ (tanto en aymara como en quechua) designa un puesto de venta que no está en algún lugar determinado, sino que, puede estar en cualquier lugar, se acomoda. Aparece a propósito de un conjunto de relaciones sociales de tipo públicas que asocian actividades de intercambio comercial y de reciprocidad en toda la amplitud de su rango; desde el trueque hasta la venta de productos de todo tipo. Pero también el regatéo, la charla, los intercambios de noticias, afectos, y dones. En su aglomeración produce otro lugar, la feria que en su apropiación periódica instaura un territorio con identidad, un campo energético y espiritual de reciprocidades rodeado de yatiris (poseedores del “conocimiento” y la adivinación) en su entorno y estos se ubican allí para gestionar las voluntades de las entidades numinosas del lugar con nuestros haceres.

Vendedora de fruta en Cuenca - Ecuador

Se constituye a partir de las cosas que están reunidas en un Qhatu y que no son simplemente “mercancías”. Tomo en este caso cosa como todo aquello que tiene entidad sea corporal, espiritual, natural o artificial, real o abstracta. Y alguien que las anima es decir, las agrupa, las ordena, las apila, las ostenta, las vende, las trueca, las dona y las hace circular en reciprocidad o simplemente las deja estar ahí todo el día en montoncitos mientras está siendo qhatera/o. Esta aparición y desaparición en el espacio-tiempo coincide muy bien con Khôra sólo que en el orden temporal cíclico.


Si revisamos el trabajo de investigación en el “Qhatu/feria 16 de Julio de El Alto realizado por Simón Yampara[9] vamos a encontrar en la determinación de conceptos un par de ellos que están en la lógica antes planteada de núcleo, entorno y contorno.
Simón menciona que en la feria citada encontraremos Muyta – Muyt’a. Espacios donde están los actores: gremialistas como personas, las directivas y los clientes. Entonces elabora un diagrama de Venn para la representación del espacio de operaciones en el gráfico. Ver Gráfico nº 6.


Responde a la exigencia metodológica del establecimiento de un ámbito de investigación para el objeto de estudio pero a la vez está mostrándonos algo que yo ya había establecido en otro lugar, (ver la Episteme desde lo Multicultural.)[10], cuando planteaba que todo objeto de estudio debe ser tomado como una entidad, y esa entidad siempre está en algún lugar (nicho) con el que establece determinadas relaciones constitutivas y que cualquier determinación del núcleo entidad – nicho debe ser negociada con los que están siendo actores de esa realidad. En este caso la negociación se manifiesta cuando el autor (aymara, sociólogo) nos va mostrando su método con conceptos y términos en el propio idioma y es que en ese idioma los términos o ya están contemplando su contexto o permiten fácilmente contextualizar. Entonces el método Uta que designa la idea de casa, a raíz de haber incorporado el entorno y el contorno, dejan de ser el concepto abstracto de casa y se vuelve más bien cobijo, vientre, receptáculo, asiento (Utcaña Qhatu).

Pero volviendo a la relación que veía entre Qhatu y Arquitectura podemos enumerar las siguientes imágenes visuales:
-          Toda la arquitectura precolombina y sus posteriores mestizajes no se ha preocupado tanto del espacio interior como del espacio público para la vida comunitaria. El espacio público no es de todos solamente sino también de cada uno.
calle ocupada completamente por Qhatus

-          En el espacio público irrumpen de repente los niños que juegan delante de sus casas, las marchas y movilizaciones, los bloqueos, las entradas folclóricas y fiestas, los qhatus y ferias, las movilidades, los transeúntes, y los ciclistas y motociclistas, los mirones y también los agentes de seguridad y los doble agentes, etc., así como de repente desaparecen. Son como los electrones de la materia social. Están y no están.

-          Gran parte de los ambientes o habitaciones que la arquitectura, en la vertiente occidental ha colocado en el interior de los edificios, en América y en otras partes del globo, están en el exterior abierto con alguna cosa que los sugiere y los constituye. Ejemplo: Lugar-árbol y también el Lugar-Qhatu con sus toldos, chiwiñas y llantunas.
Lugar - Árbol. Plaza en Givon - Colombia 

-          Los lugares son ámbitos de múltiples relaciones en diferentes niveles. Son parte de la identidad de un colectivo. Su ocupación puede variar desde lo radicalmente estable hasta lo efímero y circunstancial en el espacio tiempo (Pacha).

Ya había hecho un análisis de tipo somero y esquemático de un Qhatu cuando encontré la relación de este con la idea de establecer un átomo de arquitectura como elemento básico del que está hecha la arquitectura en todas partes. Una especie de “revolución científica” similar a la que se produjo a principios del siglo pasado en la ciencia en la que se pasó de las moléculas de la materia a los átomos y sus partículas. Hoy veo que es imprescindible hacerla y con ella renovar la Teoría de la Arquitectura en esa dirección. A mis lectores les pido que saquen sus propias conclusiones. No es tarea fácil cambiar el paradigma siempre se presentarán resistencias de todo tipo pero las cartas ya están echadas. Ustedes decidirán.




[1] www.youtube.com/watch?v=nqKRCZLDg-U
[2] Xavier Zubiri, Inteligencia Sentiente, Editorial Tecnos, Madrid, 2004, pág. 201
[3] Pelayo García Sierra, Diccionario Filosófico, Pentalfa Ediciones, Oviedo, 2000, nº 89 en pág. 122
[4] Microsoft® Encarta® 2009. Para la palabra ambiente.
[5] Pelayo García Sierra, Ob. cit. Para la categoría nº 90, Nódulo. Pág. 122
[7] www.jacquesderrida.com.ar/textos/kora.htm
[9] Yampara, Mamani, Calancha, La Cosmovisión y Lógica en la dinámica socioeconómica del Qhatu/Feria 16 de Julio, Editado por la Fundación PIEB, 2007, La Paz.

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